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Fue un poco complicado convencer a mi madre de ir a los sanitarios, ya que ella quería que me quedara ya que yo era la imagen de la fiesta, pero finalmente accedió. Jordan mintió diciendo que me acompañaba en plan de caballerosidad, y sus padres obviamente aceptaron gustosos, ya que les encantaba ver a su hijo mostrar una imagen de un hombre ejemplar que cuida mucho a su mujer. Otras personas podrían confundirlo con celos, pero a mí me da igual.

El baño de mujeres afortunadamente está vacío. Mary dijo que escondería la bolsa con ropa en un pequeño estante al fondo. Cuando voy, verifico que ahí está, así que me escondo en uno de los cubículos, me quito mi vestido, y quedo solamente en traje de baño. Rápidamente y antes de que alguien lo note me pongo la ropa que había en la bolsa. Le pedí a Mary que buscara algo sencillo y para nada extravagante como le gusta a mi madre, y lo cumplió: mi nueva vestimenta consistía en una blusa manga larga color vino, unos pantalones un poco ajustados, y cambie las zapatillas por unos tenis que suelo usar cuando voy de paseo o cuando me ejercito (si, lo hago, aunque no me lo crean). Gracias a Dios nadie vino a los sanitarios en ningún momento, aunque Jordan se quedó afuera para vigilarme y alertarme.

Salgo del cubículo y me dispongo a abandonar el lugar, no sin antes verme al espejo junto a los lavamanos. Aún estaba peinada y maquillada, y pese a esta contrarreloj, me enjuago mi cara un poco y desenredo mi cabello. Vuelvo a verme, y frente al espejo veo a una Kiara distinta a la de hace semanas: una que se está aventurando al peligro, una que es más valiente de lo que parece. Siempre supe que era más fuerte de lo que aparentaba serlo, las personas que más aprecio me lo decían, pero constantemente yo misma me lo negaba... ahora no, ahora puedo decir que esta Kiara, y dentro de un tiempo, quizá sea una mucho más renovada.

Porque sí, mi corazón me dice que esto es lo correcto.

Ahora si salgo del baño y me encuentro a Jordan esperándome, recargado del muro que nos separa de la calle. Afortunadamente no es muy alto, así que con un poco de impulso de Jordan podré subir y saltar al otro lado.

Diviso hacia la fiesta, la cual afortunadamente está a cierta distancia. Para llegar a los sanitarios debes cruzar algo del claro, atravesar por un puente sobre un pequeño rio que solo cruza el lugar entero, y llegas a una casa que funge como las oficinas del lugar (las cuales están apagadas) y atrás de ellas están los sanitarios.

Espero por favor que nadie venga mientras Jordan me ayuda a subir.

Faltaba un minuto para las 8:00 pm, y pudimos ver que del otro lado se oyó un silbido, lo que indicaba que John ya estaba ahí. Antes de pedirle su ayuda, quise despedirme de quien fuera uno de mis mejores amigos y de mis más grandes apoyos cada que me sentía mal.

– Jordan – saqué algo de mi bolsillo y se lo di – Antes de decirte adiós, prométeme que te contactaras con esta persona, y te aseguro que no te arrepentirás.

Era la servilleta que estaba escrito el número telefónico de Tess.

– Entendido – respondió y se lo guardo en una bolsa de su elegante traje.

Enseguida me acerqué a abrazarlo.

Diablos, dolía mucho el dejarlo, no quería que el siguiera viviendo con este tipo de vida. Sin embargo, una persona fuerte está dispuesta a dejar algunas cosas que quiere por cumplir otras que también desea. Y aunque me entristecía mucho que Jordan se quedara, yo estaba segura que tarde o temprano lo vería de nuevo.

Solo era cuestión de tener fe.

– Voy a extrañarte mucho – le digo ya con un par de lágrimas escurriendo por mi rostro. Él, aunque no podía verlo, también sabía que estaba llorando.

LIBERTAD: El InicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora