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No voy a negar que la idea de cambiar mi apariencia y un tanto mi personalidad me emocionaba y asustaba al mismo tiempo, pero yo me propuse a afrontar sin ningún miedo todo lo que se me viniera enfrente desde que inicié este viaje.

Y si es necesario, lo haré.

Tendré que dejar a la temerosa Kiara Zurich en el pasado.

Y sé que solo Derek puede ayudarme.

– Ten en cuenta que tomara un proceso un poco difícil, tienes que adaptarte a nuestra vida a la perfección, puede que te hayan dicho que vivimos sin reglas, pero es mentira, hay muchas cosas que no sabes de nosotros, pero con el pasar del tiempo sabrás a que me refiero – explica – Pero no te preocupes, no dudo de que tengas las capacidades necesarias para logarlo – me dice con una leve sonrisa en su rostro.

Nos encontramos caminando por la calle de su casa en dirección a la de su amigo Shane, a donde supuestamente está Cole. A juzgar por el lugar podía decir que se trata de una unidad habitacional, pues las casas eran en su mayoría idénticas a la de Derek. No voy a negar que, pese a que no cuentan con los recursos necesarios de los celestinos, sus hogares se ven bien estables y un tanto llamativos. Pero quiero conocer el resto de la ciudad, quiero probar de que el mito de que las construcciones son feas y derruidas es falso.

– ¿Pronto podré conocer el resto de la ciudad? – le pregunto a Derek.

– Claro... de hecho después de terminar el primer paso los llevaré a ti y a Cole a recorrer la ciudad – me informa y yo asiento mientras seguimos caminando.

Derek se detiene finalmente frente a una casa parecida a la suya, y afuera de ella estaba Cole sentado en la pequeña escalinata para llegar a la entrada. En cuanto alcanzó a vernos, se levantó de donde estaba y nos saludó con la mano.

– ¿Qué haces aquí niño? – preguntó Derek en cuanto llegamos a él.

– Los estaba esperando – fue lo único que pudo responder.

Derek se apuró a tocar la puerta de la casa, esta se abrió y nos recibió un chico de más o menos la edad de Derek. Tiene el pelo negro muy corto, es alto, aunque un poco menos que Derek, y tampoco es tan musculoso como él, pero no voy a negar que es atractivo. Sin embargo, lo que más me llamó la atención es que sus ojos son de un distinto color cada uno: el derecho es azul profundo, muy similar al del mar que alguna vez vi en uno de mis sueños, y el otro es verde claro.

Ese debe de tratarse de Shane.

– Así que tú debes de ser Kiara – me dice viéndome.

– La misma de la que seguro te han hablado – le dije sonriendo y dándole una leve mirada a Derek, ya que obvio fue él quien le dijo de mí.

– Soy Shane – se presenta extendiendo su mano y yo la respondo de la misma manera – Adelante, pasen – dice haciéndose a un lado para que pasáramos.

Al entrar me di cuenta de la casa era casi idéntica a la de Derek, solo que había muebles distintos, y en las paredes había más fotografías, una en particular resaltaba de las demás, ya que también era una foto familiar, pero se veía mucho más reciente, y en ella estaban los dos padres, Shane junto a su papá, y a lado de la mamá había una chica rubia de ojos verdes, muy guapa y con facciones similares a la de Shane, así que no necesito preguntar para saber de quien se trata.

– La chica es Lydia, mi hermana – dice Shane llegando a un lado – Ahorita en un rato la conocerás.

Como si la hubiera llamado, de las escaleras bajó la chica de la foto. Viéndola más de cerca, su rostro me daba a entender que era una mujer tremenda, pues a diferencia de la foto, tenía sombras color azul en los ojos, el pelo rubio se veía más oscuro comparado al de la foto y en su nariz tenía incrustado una pequeña piedra preciosa. Traía consigo en sus manos un recipiente que parecía ser tinte para el cabello y una cajita roja que llevaba quien sabe qué.

LIBERTAD: El InicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora