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Cuando era niña mi madre me encerró en mi armario por todo un día por no obedecerla. Si salí antes de lo acordado fue gracias a Mary, quien la convenció de que ella se encargaría de corregirme mis "malos modos", los cuales me parecían exagerados, pero bueno, se trata de mi madre, ella exagera todas las cosas. Afortunadamente no adquirí claustrofobia tras ese incidente, pero siendo una niña creí que sería una de las experiencias más traumáticas de mi vida.

Lo que acaba de pasar ahora ha superado todas mis expectativas.

Por poco y era víctima de un abusador, el cual me dejó bien en claro que solo me quería para distraerme y ya. Lo que no están conscientes este tipo de personas es que a quienes hacen daño les causan un trauma tan fuerte que sufren tanto que prefieren morir. Afortunadamente el tipo extraño me salvó antes de que las cosas empeoraran, pero fue inevitable pensar que hubiera pasado si no hubiera llegado a tiempo. El tipo ya estaba listo para la acción y solo necesitaba quitarme las prendas inferiores para hacerlo.

Puede que necesite de futura ayuda psicológica para superar esto. Si bien no fui abusada, ese recuerdo de aquel desgraciado en el callejón quedará pegado en mi mente por mucho tiempo.

Pero le debo la vida al extraño, el cual por cierto me dejó con la duda de quien es. Cuando Cole huyó, me imagino que fue a ver directamente a esa persona, ya que a esa hora nadie estaba fuera de sus casas.

¿Sera acaso Derek? ¿O será que Cole conoce a más personas aquí?

Y entonces despierto.

Lo primero que veo es un techo de madera sólida. Estoy recostada en una pequeña, pero muy cómoda cama individual. Me siento en ella y veo que me encuentro en un cuarto donde no hay más que un mueble de madera con cajones, sobre él un espejo colgado de la pared, un perchero en donde estaba colgado mi chamarra, un baúl en una esquina, y a lado de mi cama había una mesita en donde estaba una lampara encendida. Todo el cuarto era de madera, hasta el piso, aunque este se veía mucho más fino y resistente. La puerta de la habitación estaba frente a mí.

En una de las paredes había una ventana sin cortina que estaba cerrada, así que me levanté por completo de la cama para ver exactamente en donde estaba. En cuanto puse un pie en el piso, este rechinó muy fuerte que apreté los dientes por los nervios. Caminé despacio hasta donde estaba la ventana, y me asomé. Lo primero que vi fueron varias casas de madera muy parecidas que estaban alineadas de derecha a izquierda. Podía también ver un hermoso amanecer en el cielo, el cual se veía despejado casi en su totalidad, y los rayos del Sol apenas empezaban a asomarse en el oriente.

Olvidé mi reloj de muñeca en mi casa, pero había traído mi teléfono móvil, sin embargo, estaba casi segura que aquel tipejo me lo pudo haber robado. Recorrí todo el cuarto, y me llené de felicidad al ver a mi celular en la mesa junto a la cama. Lo tomé y vi la hora: eran las 6:30 de la mañana. No tenía señal, y era obvio, ya que los móviles celestinos están configurados con una señal que solo abarca a la ciudad, además de que supuestamente los celestinos y los prohibidos no pueden tener alguna clase de contacto, y tengo entendido que aquí tienen su propia antena.

Recuerdo que cuando tenía mis llamadas con Derek, eran muy cortas, no duraban más de 5 minutos, y siempre he querido preguntarle que por qué tan cortas, pero él simplemente nunca respondió.

Y volviendo al tema de Derek, necesito averiguar exactamente si estoy en su casa o fue alguien más que me trajo aquí.

Me acerco hacia la puerta de salida y cuando ya estoy frente a ella, la abro lo más lento posible, y esta afortunadamente no hace ruido. Me asomo un poco para ver qué hay del otro lado y solo alcanzo a ver otra puerta al otro lado de lo que parece ser un pasillo. No oigo nada, y me armo de valor y asomo mi cabeza por completo: efectivamente estaba en un pasillo con paredes, techo y piso igual de madera, a la derecha este terminaba en una pared sólida y solo con una planta de adorno en el suelo. Había otra puerta en la pared opuesta a la mía cerca del fondo del pasillo. Pese a que tenía curiosidad por ver que había detrás de las dos puertas, decidí aguantarme las ganas, ya que bien dicen que luego uno por andar de curioso termina pagando los platos rotos.

LIBERTAD: El InicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora