Pasé quizá una de las noches más tranquilas de mi vida, y eso se debe a que ya no había alguna regla que dictara que debía dormirme y despertarme a tal hora. La verdad me costó un poco dormir anoche, ya que me quede un rato pensando en todo lo que sucedió ayer con Derek, desde su reto en el póker, hasta el beso que me dio en el cachete. Como bien me dijo Michelle, sus cambios de humor son producto de sus experiencias; la verdad no sé cómo vaya a comportarse conmigo a partir de lo que paso ayer, no sé si vaya a estar todo el tiempo en ese plan de chico dulce que vi antes de que me besara la mejilla, o hoy hará como si nada hubiese pasado.
Aunque sé que esta última posibilidad existe y es quizá la más probable, debo aparentar que no pasa nada, ya que en el fondo si me dolería un poco que todo ese sentimentalismo que me demostró anoche hoy ya no lo exprese.
Cuando me escapé de Ciudad Celeste, no empaqué casi nada de ropa, de hecho, dormí con la que tenía puesta cuando llegué aquí. Lo ideal sería que me contactara con alguien para que me dijera en donde podría conseguir un poco de ropa, ya que obvio no voy a andar con la misma todo el tiempo. Me huelo y apesto un poco, ya que ayer no pude bañarme. Tomo la ropa que me prestó Lydia y salgo del cuarto, y lo primero que veo es la puerta de enfrente abierta: se trata de la habitación de Derek, y por pura curiosidad me asomo y veo todo perfectamente ordenado, es un poco más grande y tampoco tiene tantas cosas, solo unos estantes con varias fotos y en uno había un trofeo dorado con una figurilla pequeña de un hombre corriendo.
Pero no estaba lo que buscaba, que era un baño, así que me alejé de ahí y fui a ver la puerta que estaba casi al fondo del pasillo. Toco y al no oír nada decido abrirla, pero me llevo una sorpresa al ver que, si había una tina, una regadera y varios artículos para ducharse, incluso una lavadora... pero no estaba ni el inodoro ni un lavabo ni nada de eso.
La curiosidad me ganó y dejé la ropa encima de un cesto donde al parecer va la ropa sucia, salí de ahí y fui directo al primer piso para buscar a Derek. Comencé a llamarlo en voz alta, pero no se oían ni veían rastros de él. Me asomé al pasillo que llevaba hacia la parte trasera de la casa, y fui hasta el fondo para ver que había detrás de una de las puertas que me faltaba por abrir. Lo que estaba detrás de ella era un armario donde al parecer guardaba todo lo necesario para la limpieza de la casa, y unas cuantas cajas que contenían quien sabe qué. Pero no me di cuenta por la prisa que a mitad del pasillo estaba una puerta más, así que fui a abrirla.
Y ahí estaba el inodoro, el lavabo y demás cosas que faltaban allá arriba.
Derek no estaba en su casa, así que tendría que preguntarle después porque tenía la mitad de un baño arriba y la otra abajo.
El reloj marcaba que eran las 9:30 am, así que ahora si subí a darme una ducha que mucha falta me hace. Estuve más de casi 15 minutos ahí dentro, ya que, aunque la tina no era tan cómoda como la que tenía en mi casa en Ciudad Celeste, el agua estaba perfectamente deliciosa. Lo bueno que ahora si podía bañarme sin la presión de que tendría que estar lista a tal hora. Incluso me di el lujo de hacer unas pequeñas burbujas con el jabón que salía de mi cabello por el shampoo.
Terminé de bañarme, tomé una de las toallas que estaban ahí colgadas, la enrollé en mi cuerpo, tomé la ropa que dejé encima del cesto y salí de ahí con dirección al cuarto donde dormía. En menos de 5 minutos ya estaba seca y cambiada, pero sentía que me faltaba algo, y luego supe que se trataba del maquillaje. También debo recordar comprar un poco.
Tomé mi teléfono móvil y busqué el número de Michelle, el cual había agregado ayer en la noche. Traté de marcarle y afortunadamente la llamada entró y a los pocos segundos contestó.
– Buenos días "rompe quinielas" – me dice animadamente y yo suelto una risita por el apodo.
– Hola Michelle, ¿estás muy ocupada? – le pregunto, ya que me platicó anoche que ella solía trabajar como mesera en un restaurante.
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LIBERTAD: El Inicio
Science FictionPRIMER LIBRO DE LA SAGA "LIBERTAD" El llamado "Gran Desastre", así como una fuerte pandemia global, acabaron con el 90% de la población de la Tierra. La poca gente sobreviviente decidió unir fuerzas y, lo que antes era África Central, se convirtió e...