CAPÍTULO VII: La reliquia de Azoret.

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Conforme se iba alejando de Delia su mal humor se iba disipando

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Conforme se iba alejando de Delia su mal humor se iba disipando.

La criatura, al ver que Diamond aparecía envuelto en una nube de humo y miasma, se vio obligado a entreabrir la boca para soltar una especia de quejido. El muchacho, al ver que la sustancia tóxica aún emanaba de su cuerpo, se vio obligado a suprimir lo que estaba sintiendo.

Trepó sobre la criatura y con un gesto de la cabeza le indicó que se marcharan de ese lugar, la enorme bestia asintió y alzó vuelo inmediatamente.

Conforme se iban alejando Diamond volteó hacia atrás por ultima vez y vio de soslayo el domo protector que por momentos emitía ciertos destellos de luz. Giró el rostro, y luego de cerrar los ojos con fuerza emitió un sonoro suspiro.

La coronación había logrado fastidiarle más de lo que había pensado.

El haber visto a Emerald con la corona que le pertenecía provocó que la sangre le hirviera a tal punto, que la oscuridad que se resguardaba dentro de su cuerpo había comenzado a querer tomar el control de sus acciones. Estuvo a punto de iniciar una batalla a causa de esos deseos destructivos que lo embargaban, por suerte se logró frenar a tiempo, ya que el haber levantado si quiera la mínima sospecha de que algo o alguien los estaba atacando, se hubiera tenido que enfrentar a todos los magos poderosos que se encontraban de visita.

Y si bien gracias al poder de Marie sus poderes endebles se fortalecieron, no era invencible, al menos no todavía, y podría pasarla en verdad mal.

Mientras sobrevolaban el cielo en aquella fresca noche Diamond observó la tierra reseca y marchita del paisaje, desde que había logrado disipar el domo que contenía al miasma del abismo este había echo estragos en las naciones y había obligado a los habitantes a que huyeran y se recluyeran dentro de las murallas.

Sin embargo, había lugares muy específicos en donde la vida aún lograba mantenerse de pie, y esos sitios eran justamente bosques que aún al día de hoy se encontraban bajo la protección de los antiguos dioses.

—Desciende en esta zona —le ordenó Diamond a la bestia quien lo observó confundida.

No lo cuestionó, bien sabía él que no debía hacerlo, así que poco a poco descendió hasta estar a una altura prudente del suelo.

Diamond, el príncipe corrupto [PRONTO EN FÍSICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora