CAPÍTULO XXX: Liberación

1.4K 219 31
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El paisaje había comenzado a oscurecerse mientras la nieve comenzaba a caer, los copos fueron acumulándose poco a poco sobre sus hombros, pero tanto Ferco como Draven no dejaban de golpear la superficie del campo protector

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El paisaje había comenzado a oscurecerse mientras la nieve comenzaba a caer, los copos fueron acumulándose poco a poco sobre sus hombros, pero tanto Ferco como Draven no dejaban de golpear la superficie del campo protector. Kaia, quien todavía se mantenía recluida en el otro domo había comenzado a golpearse contra la superficie mientras buscaba la manera de escapar de ese espacio.

Tras varios minutos Ferco comenzó a toser más fuerte y necesitó parar para poder tomar una gran bocanada de aire. Ya no tenía fuerzas, sus manos temblaban violentamente frente a sus ojos. Al observar a Draven, pudo darse cuenta de que el daño provocado por el miasma era irreparable. Gracias a su entrenamiento había logrado mantenerse todavía con vida, pero había muy pocas oportunidades de que lograra sobrevivir ya que no tenía magia.

El duende observó el domo, vio la silueta de Emerald dentro sujetando su cabeza mientras lloraba, volteó el rostro para ver a Kaia que gritaba de dolor. Dio un último vistazo a Draven, y volvió a acercarse.

—S...Sallow —exclamó Ferco débilmente junto a él.

La criatura arrastró sus pies sobre la nieve de forma lenta y pausada posicionando su pequeña mano temblorosa sobre la palma de Draven, él lo observó, Ferco simplemente asintió suavemente mientras cerraba los ojos.

Un aura celeste emanó del cuerpo de la criatura, Draven, al entender que era lo que trataba de hacer buscó apartarlo, pero ya no tenía las fuerzas necesarias para hacerlo. El cuerpo del castaño brilló, un pequeño manto lo envolvía como si de una piel extra se tratase, cuando este brillo cesó, el pequeño cuerpo de la criatura cayó al suelo mientras el ahora color morado de su piel poco a poco se iba apagando. Estaba sonriendo, y de sus ojos todavía escapan algunas lágrimas.

Draven trató de sostener el cuerpo de Ferco pero sus manos quedaron pegadas al domo, el cual poco a poco comenzó a introducirlo dentro del miasma oscuro, provocando que cayera inconsciente al instante.

Al abrir los ojos se vio a si mismo en un terreno árido, lleno de vegetación muerta. Tardó en darse cuenta de donde estaba, pero al observar el palacio destruido a lo lejos, supo que se trataba de Delia, su hogar, pero este había sido consumido en su totalidad.

Diamond, el príncipe corrupto [PRONTO EN FÍSICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora