CAPÍTULO XXI: Confesión

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Durante la noche Julian, Draven y Emerald se reunieron dentro de su dormitorio, tenían a penas unas horas para lograr idear la declaración perfecta para Denaisa, ya que, al siguiente día durante el primer descanso, ella estaría esperándola justo e...

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Durante la noche Julian, Draven y Emerald se reunieron dentro de su dormitorio, tenían a penas unas horas para lograr idear la declaración perfecta para Denaisa, ya que, al siguiente día durante el primer descanso, ella estaría esperándola justo en el patio a vista y paciencia de más de un curioso que quisiera saciar su morbo.

Sin embargo, la simple idea de imaginar cuales podrían ser las palabras exactas que podría emplear ponía mal a los tres. Por un lado Draven, ajeno a la nueva relación de los otros dos, no lograba formular una oración coherente, ya que el simple hecho de imaginar que Emerald se casaría con ella le revolvía el estómago; y Julian por su parte, si bien había aceptado las limitaciones que ambos tenían como pareja, no podía por momentos dejar salir su lado posesivo, más aún porque le parecería una completa tontería el hecho de que ella fuera forzada a expresar "sus emociones reales", cosa que ninguno de los dos podía hacer directamente.

—Francamente, detesto que te veas forzada a hacer esto —comenta Draven a medida que se sienta sobre la cama, Kaia, quien ya venía cerrando los ojos emitió un quejido por ser despertada nuevamente.

—No tenemos otra opción —comenta Emerald, quien se recuesta sobre las puertas de su viejo ropero—, necesito una excusa para volver a Delia y estar allí el tiempo necesario hasta que la lágrima sea revelada, de lo contrario, no lograremos impedir que una catástrofe mayor pase.

Los tres asintieron con parsimonia mientras observaban cada uno a un punto específico del cuarto, Kaia los observaba cada cierto tiempo con cierto deje de curiosidad, de pronto, de un brinco se bajó de la cama y caminó en dirección a su dueña, estando cerca de ella tiró de la basta de su pantalón, Emerald la observó y su compañera comenzó a rasgar el suelo con sus patas y mientras extendía las alas inclinó la cabeza.

—¿Qué hace? —pregunta Julian mientras observa el extraño movimiento que hacía.

—Creo que intenta contribuir con la causa —añade Draven mientras esboza una sonrisa—. Pollo, las confesiones funcionan diferente para los humanos, que Emerald rasgue el suelo podría no significar nada.

Kaia luego de escucharlo lo observó con indignación, pero tras volver a observar a su dueña un particular brillo surgió de sus ojos, era casi como si buscara la forma de que ella leyera su mente.

Diamond, el príncipe corrupto [PRONTO EN FÍSICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora