CAPÍTULO XXXII: La caída del reino (I)

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Tras la revelación el silencio reino, Joan alzó la cabeza y observó a Noman directamente; los demás reyes, que apenas acababan de reponerse y estaban dispuestos a lanzar sus ataques, se quedaron anonadados sin dar crédito a lo que acababan de escu...

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Tras la revelación el silencio reino, Joan alzó la cabeza y observó a Noman directamente; los demás reyes, que apenas acababan de reponerse y estaban dispuestos a lanzar sus ataques, se quedaron anonadados sin dar crédito a lo que acababan de escuchar.

Noman observó a todos de forma fugaz y una sonrisa se esbozó en su rostro, luego una carcajada sonora emanó desde su interior y el eco de su voz retumbó por las paredes del palacio. Joan observó a su hijo quien aún se mantenía quieto observando al frente, el ex príncipe únicamente le dirigió una mirada inexpresiva y luego volvió a observar a Noman.

De pronto, se escucharon unas pisadas ingresar por la puerta en medio del ruido de la batalla que se estaba llevando afuera, un enano jorobado que cargaba un objeto envuelto en una manta morada entró mientras daba unos pequeños brincos, el sujeto sonreía dejando a la vista sus amarillentos dientes, al llegar a la altura de Noman este con un gesto de la cabeza le indicó que lo siguiera, pero en cuanto pasó por el lado de Joan esta entreabrió los labios y captó nuevamente su atención.

—No es posible... —susurró la mujer, el enano la observó de forma despectiva, pero su amo simplemente sonrió.

Joan lo observó colérica, traía el rostro rojo, ya que por más que trataba de moverse, era imposible que pusiera hacerlo. El nuevo rey de Delia se agachó nuevamente hasta estar a su altura y se topó con su mirada confusa cargada de confusión y resentimiento.

—¿Qué no es posible? —preguntó para que ella continuara, Joan esbozó una sonrisa nerviosa.

—Tuve acceso a los archivos de los Lagnes en cuanto Cornellius murió —confesó, y aunque tratara de mostrarse fuerte, Noman se dio cuenta de que le tenía miedo.

—¿Y que decían esos archivos, hija mía?

Joan escupió a un lado luego de que él dijera eso, pero aquella acción no hizo más que provocar otra rosa por parte del nuevo rey.

—August eliminó a ese bastardo —soltó, y esta vez Noman la observó furioso—. Eres un impostor, no puedes ser el hijo de esos dos.

Los demás luego de escucharla se observaron. Era la primera vez que escuchaban esa versión de la historia, en los textos pertenecientes a cada familia de la alianza nunca se nombraba a ningún heredero por parte de Marie, la historia siempre era transmitida de la misma manera de padres a hijos: Marie había entregado su humanidad a Diomedes, el guardián del abismo, y eso había provocado que perdiera la cordura y liberara a esas grotescas criaturas.

Diamond, el príncipe corrupto [PRONTO EN FÍSICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora