Diamond, el príncipe corrupto [PRONTO EN FÍSICO]

CAPÍTULO IX: Rey de un castillo de ilusiones (II)

Respiró de forma pausada y lo más disimulada que puso.

Contó hasta diez, y poco a poco fue avanzando hacia el frente mientras trataba de mantener la compostura. Observó a su alrededor y podía jurar que el rostro del alumnado dejaba de lado aquella sonrisa, y se plasmaba una mueca horrorosa y deformada. Y solo unas palabras llegaban a sus oídos:

Muerte a la usurpadora.

Denaisa, quien estaba más atrás se dio cuenta de que algo le pasaba y de forma disimulada rozó un poco una de sus manos y solo en ese momento logró volver a la realidad.

Ella sonrió de soslayo y susurró: —Saluda, Diamond.

Ella asintió levemente. Comenzó a sonreír mientras asentía ligeramente con la cabeza en señal de respeto por los hijos de los demás regentes, pero el camino hasta la entrada de la escuela se le hacía cada vez más y más largo.

—¡Es tan divino! —escuchó que gritaba una de segundo año.

Ella volteó a observar a la muchacha y esta se sonrojó inmediatamente, sus amigas, que estaban rodeándola tomaron su mano y la agitaron en el aire mientras ella trataba de esconder el rostro con su cabello castaño.

Denaisa se limitó a observar hacia el frente, aunque poco podía hacer para disimular el fastidio que sentía en ese momento.

Lo siguiente que llamó su atención fue escuchar a los otros estudiantes de la clase luchadora quienes batían con orgullo el símbolo de su clase en el aire, luego uno de estos

—¡Es el rey luchador! —gritó uno que era pequeño, aparentemente pertenecía a primer año.

El muchacho mantenía en el aire uno de sus libros de texto que ella reconoció de inmediato, fue de los primeros que leyó durante la clase de estrategias que impartía Greyslan, y un pedazo de carboncillo en la otra mano.

Emerald detuvo su andar y se acercó hacia él, los demás le cedieron el espacio y el muchacho comenzó a temblar mientras sonreía.

—S... su majestad, es un honor —dijo él tartamudeando.
—Hola —le dijo Emerald mientras sonreía—. ¿Eres de primer año?
—Sí... me seleccionaron para formar parte de la clase luchadora.