𝕬𝖓𝖔𝖒𝖆𝖑𝖞 ╰┈➤ [ELIJAH MIKAELSON] [1] [Español]

𝘁𝗵𝗶𝗿𝘁𝘆 𝘀𝗶𝘅. 𝖺𝗆𝖾𝗋𝗂𝖼𝖺𝗇 𝗀𝗈𝗍𝗁𝗂𝖼

𝐗𝐗𝐗𝐕𝐈 . ¡𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐓𝐑𝐄𝐈𝐍𝐓𝐀 𝐘 𝐒𝐄𝐈𝐒!
❛american gothic❜

Willoughby, Pennsylvania. No era el tipo de lugar en el que Audrey esperaba encontrar a Katherine Pierce. Cuando dejaron Mystic Falls, ella y Elijah habían vuelto a Nueva York por un tiempo, haciendo planes para viajar a algún lugar nuevo del mundo. Se estaban preparando para partir cuando Katherine se puso en contacto con ellos, diciendo que reunirse con ella valdría la pena. Cuando finalmente admitió que tenía algo que ver con la cura, a pesar de que intentaban mantenerse al margen de todo, su interés se despertó. Ambas querían saber cómo se las había arreglado Katherine para hacerse con ella. Audrey sabía que podía averiguarlo fácilmente, simplemente haciendo una llamada a Caroline, pero tenía el teléfono apagado desde que se habían ido. Decidió que ese día necesitaba un descanso limpio.

Era agradable, estar desconectada de Mystic Falls, de la gente dentro de ella. Por supuesto, había gente que echaba de menos. La persona principal era Caroline, pero la chica Forbes sabía que esto era algo que necesitaba hacer.

―Francia. ―Elijah sacó a Audrey de sus pensamientos, sus manos se entrelazaron mientras caminaban hacia el punto de encuentro. ―Una vez que hayamos terminado con esto, ¿por qué no hacer de eso nuestro próximo destino?―

―Nunca he estado allí. ―dijo Audrey en voz baja, con una sonrisa en los labios que le hizo sonreír. ―Confío en que me enseñes todo lo que tiene que ofrecer.―

―Sólo lo mejor para ti. ―Dijo de todo corazón, antes de besarla suavemente.

Audrey sonrió contra sus labios, antes de separarse de mala gana. Miró al frente y vio que Katherine se paseaba por el interior del mirador. ―Vamos, acabemos con esto.―

Con una inclinación de cabeza, tomó su mano una vez más, y la pareja se dirigió hacia la doble mayor. ―Katerina.―

Katherine giró sobre sus talones para mirarlos, con una mirada ligeramente aturdida. ―Elijah. Audrey. ―Se aclaró la garganta y se recompuso. ―Llegas un poco tarde, ¿no?―

Algo iba mal. Audrey lo sintió al instante, estrechando sus ojos en Katherine con cuidado. ―Es un pueblecito interesante el que has elegido para instalarte. ―comentó Elijah, levantando una ceja hacia ella. ―Entonces, ¿lo tienes contigo?.―

Ella parecía confundida. ―¿Que si tengo qué?―

―La cura.―

Entonces Audrey lo vio. El anillo azul que descansaba en su dedo, en lugar de la pulsera que siempre llevaba. La vacilación en su rostro, la confusión en su voz, todo cobró sentido cuando las piezas encajaron en su sitio. ―Está en un lugar seguro. ¿Por qué no voy a buscarlo y lo traigo de vuelta?―