bad dancer

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el ruido nunca fue algo que le gustara por muy extrovertido que se mostrase con sus amigos de confianza, al contrario, podía jurar que lo detestaba con toda el alma, pero el despertar y observar el lindo rostro de su enamorado hace que todo el desastre quede en segundo plano.

sabe perfectamente que, como hongjoong se lo dijo, debe apresurarse a liberar todos esos sentimientos que golpean su pecho con emoción con cada palabra o gesto, lo sabe. pero debían entender que no era fácil, maldición, a penas y podía resistirse las ganas de no llorar por la emoción cada que se acurrucan para dormir juntos, claro que no estaba listo para declararse.

¿y si en algunos años yeosang se alejaba? ¿y si quizá ya no le permitía estos lindos privilegios de mimarlo todos los días? dios, el tan solo pensarlo le hacía perder la cabeza.

la confusión reinaba constantemente en su cabeza, no tenía idea de si estaba bien actuar de esa forma, empezaba a cuestionarse si de verdad estaba bien, si de verdad alguien como el podía tener estos sentimientos tan maravilloso hacia alguien como yeosang, ¿estaba bien? ¿estaba bien si se enamoraba perdidamente sin desear por un segundo que nunca hubiera pasado? ¿estaba bien, abrir su corazón de esta forma a su menor y coronarlo como el amor más dulce que hubo o habrá en toda su vida?

siente que es patético, que si pudiera verse a sí mismo cada que se encuentra alrededor del pelirosa las ganas de darse un golpe no tendrían control. además de la gran hipocresía en sus pensamientos, de como antes solía burlarse de las comedias románticas y ahora las ve imaginándose a ambos como protagonistas de esas cursis acciones, no le importaba mucho si se trataba de yeosang.

así que, ¿cuándo debería decirlo? ¿hay siquiera una fecha ideal para decirle al chico de tu sueños que estas enamorado de el?  estaba tan desesperado que empezaba a considerar la idea de buscar algún consejo en esas páginas baratas de internet, o quizá decírselo el día de los inocentes para excusarse con una broma por si era rechazado.

se quedó pensando en ello, declararse no servía de nada si tu enamorado no te correspondía, ¿qué pasaría después de eso? el que sea rechazado no cambiaría realmente nada, ellos seguirían siendo kang yeosang y park seonghwa, miembros de un grupo que no deberían estar en una relación que no pase de lo profesional, o amistad si era el caso.

si eso llegaba a pasar, ellos se tendrían que ver todos los días, vivirían bajo el mismo techo, yeosang con una burbuja de incomodidad cada que lo veía y el con un corazón roto, no era una buena combinación. probablemente los miembros también se vean involucrados, la tensión en el ambiente llegaría a incomodar a más de uno y en el peor de los casos se reducirían a siete miembros.

eso lo asustó, lo asustó bastante.

¿qué pasaba si su mánager los acusaba? ¿si terminaban arruinando su carrera musical sólo por eso? ¿qué pasaba si los miembros empezaban a recibir comentario de odio debido a ello? ¿qué haría entonces?

sobrepensar las cosas era una mierda y el pánico en su rostro lo evidenciaba con claridad.

su respiración se agitó en respuesta a su miedo incontrolable, comenzando a imaginar escenarios que terminaban de la peor manera siendo unos peores que otros, y hubiera seguido toda la mañana de no ser por una suave caricia que aterrizó en su cachete.

ladeo su cabeza para encarar al dueño de la misma y así encontrarse con los casi abiertos ojos del pelirosa, quién dio un suave apretón a la misma como si a seonghwa no le dieran ganas de gritar como adolescente enamorado.

— buenos días, hyung. — saludó con voz ronca a la vez que un bostezo escapaba de su garganta — ¿dormiste bien?

sus luceros se daban el lujo de recorrer cada centímetro de ese lindo rostro, brillando con cada detalle hasta acabar encima de los ajenos, cerrándose en una sonrisa de medialuna.