Capítulo 2 "La gozadera"

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Vacaciones: Un mes antes del comienzo de la secundaria...

Laura

–Buenos días, mi nombre es Inés y una vez comience la secundaria seré su instructora de baile–dijo la rubia que teníamos al frente. Era joven, bajita y bastante amable. Sus ojos eran de un color café claro.

Allí estaba yo, en el centro cultural del pueblo. Desde pequeña me gustó cantar, bailar y actuar. Ya había formado parte de un coro "Arcoíris musical". En él conocí a las otras tres chicas que estaban conmigo, aunque no eran mis amigas. También estuve durante dos años en una compañía de teatro infantil "Fiesta Mágica" .

Disfrutaba de cada presentación, el arte me hacía muy feliz. Competía en los festivales municipales y provinciales todos los años.

–Vamos a ver lo que saben–dijo la profe que enseguida puso música–Thalía ponte al frente.

Thalía era morena y estaba bastante desarrollada físicamente para nuestra edad. Era pura felicidad. Caminaba muy segura y bailaba muy bien. Usaba ropa bastante corta. A su lado se colocó su prima Dania, era delgada, mucho más delgada que yo, de carácter fuerte pero muy tierna. Siempre participaba en todo y también cantaba. Me coloqué detrás de ellas para seguirles el paso. Cerca de mi estaba Ania, una chica de piel muy blanca y pelo negro lacio. La miré y ya sabía que seríamos muy buenas amigas. Tenía ojos marrones y unas cejas tupidas hermosas. Habían varios lunares a la vista en su cuerpo.

Pasamos un mes completo preparando una coreografía, ensayamos todas las tardes y nos hicimos amigas. Eran las mejores chicas que había conocido. La secundaria comenzaba a gustarme. Me acostumbré fácilmente a ellas.

Día del inicio del curso escolar....

Estábamos listas para bailar. Nos vestimos en representación de algunos países amigos de Latinoamérica. Cada una llevaba pintada en su cara una bandera. Yo era Brasil. Vestía de verde y amarillo. No eran colores que me gustaran mucho, pero tampoco me incomodaba. No voy a mentir, tuvimos una pequeña discusión cuando repartieron el país a cada una, pero logramos arreglarlo. Ese día aprendí que no quería tener a Dania como enemiga, mucho menos a Thalía.

–Rápido, terminen ya–dijo el director–estamos esperando por ustedes. La puntualidad es algo de vital importancia en nuestra escuela.

–¡Buenos días estudiantes, padres e invitados, sean bienvenidos al acto de inicio del curso escolar!–dijo una locutora muy bonita y de voz alegre–Con ustedes para comenzar  por todo lo alto: ¡La gozadera! Coreografía de nuestra instructora Inés, por las nuevas estudiantes de la escuela: Laura, Dania, Thalía y Ania.

Subimos al escenario y sonó la canción. Aplausos y alegría. Un grupo de adolescentes bailaban y otros sonreían entusiasmados. Todos los profesores se presentaron y cada estudiante fue a su clase. Mi primera impresión de la secundaria estaba siendo bastante buena, todo a mi alrededor se veía bien.

Mi compañera de mesa tenía por nombre Jenni, bajita, de ojos claros casi verdes y muy habladora. Usaba su goma de borrar unas cinco veces seguidas, cada tres minutos. Lo que más resaltaba en ella era ese pelo natural negro, ondulado en las puntas. No me molestaba, fue bastante buena conmigo. Se ofreció para recogerme todas las mañanas, ella no era de mi pueblo, pero estaría toda la secundaria en casa de sus abuelos, muy cerca de donde vivía yo.

Me dio alegría saber que a mi lado estaba Eliza. Fue mi primer amiga cuando tenía seis años. Mis padres conocían a los suyos y nos visitamos cada cumpleaños hasta el día de hoy. Rubia y de ojos verdes. Alta, parecía modelo con ese pelo rubio oscuro y largo. Casi conocía a todos los estudiantes.

Oliver también estaba, un amigo que siempre fue de mi clase. Era muy bajito y le gustaba hacer chistes todo el tiempo. Creo que él sería el más bajito de toda la escuela. Ani, Dani y Thali también eran parte de mi grupo. Ya las llamaba por diminutivos, se lo habían ganado.

Cuando llegué a casa después de mi primer día pensé: ¿Qué puede salir mal? La secundaria era realmente divertida y todos mis miedos comenzaban a desaparecer. Dentro de mi clase estaba segura. Luego lo supe, había adolescentes mayores que yo allá afuera y no sabía si podían ser agradables o desagradables conmigo. Nunca sufrí de pánico escénico, nunca tuve dificultades para hacer amigos. Nunca tuve miedo, pero ahora comenzaba a sentirlo.

Nos entregaron un montón de libros de Ciencias y Letras junto con el horario de los turnos de clase. Tenía que preparar todo para el siguiente día. No me tardé mucho tiempo. Estaba cansada. Le conté a mi abuela todo lo ocurrido y se puso muy feliz al escucharme. Ella era mi persona favorita en el mundo.

Antes de dormir mi madre me aconsejó como de costumbre:

–No hables con nadie mientras los profesores explican, no olvides las meriendas y–terminé junto con ella–NO TE METAS EN PROBLEMAS!

Mi mamá era una persona muy seria, me quería muchísimo aunque mi papá era mucho más cariñoso. Me quedé dormida enseguida...

Nota: Hola feliz domingo! Iniciar en una nueva escuela es un tema complicado para todos los niños adolescentes y jóvenes. Muchas veces sentimos miedo, Laura no es una chica tan valiente como aparenta. Ustedes qué opinan?
Dejen su voto si les gustó y hagan las preguntas que quieran. Chau Amores!

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