Capítulo 17 "Eres el amor de mi vida"

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Nota de la autora: Primero voy a disculparme por no actualizar el miércoles, me quedé sin internet. También quería agradecer a todos los que me apoyan. Tengo que contarles que voy a comenzar pronto la escuela y debo esforzarme y estudiar mucho para poder entrar en la universidad; eso no quiere decir que voy a dejar de escribir. Las fechas de actualización se cancelan, lo haré cuando pueda, voy a tratar de no tardar tanto. Esta historia y mi otro libro "Gris" (si no lo leíste te invito a que lo conozcas) no tendrán fechas para publicar. Ahora sí, los quiero demasiado, un millón de gracias familia, disfruten del capítulo.

Laura
Llamada telefónica...

Yo: Holaaaa amooor

Él: Cómo estás? Te duele mucho?

Yo: Nada, sólo un poco...

Él: Se lo creyeron?

Yo: Siii. No me lo creo

Él: Sabes ya te extraño

Yo: Yo también

Él: Cuándo nos vemos?

Yo: Mañana después de la escuela pasó por tu casa...

Él: Ok un beso

Yo: Besitos...

No lo podía creer. Estos días eran los mejores días de mi vida, llenaba todas mis libretas con nuestras iniciales: L y R ¡Sonaban tan bien! Las cosas a mi alrededor han dejado de importarme desde que lo veo a él. No sé de qué estará hecho el amor, pero tengo muy claro algo y es que un pedacito pequeño lo estaba viviendo yo.

[...]

Salgo de clases, son las tres y media de la tarde, me dirijo ansiosa a casa de Roger. Con qué locura me estará esperando hoy, ya tengo ganas de besarlo. Recorro el camino con Lia, ella va metida en su teléfono, está chateando con un chico hace unos días.

–Bueno Lia–la saludo frente a su casa–¡Nos vemos!

–Lo mismo digo. No tardes mucho, ve para tu casa temprano, no te confíes–ella siempre me aconseja como una hermana mayor.

El procedimiento para entrar a casa de Roger es sencillo. Primero tengo que mirar que no esté nadie en la calle, es por eso que ahora mismo estoy disimulando con mi teléfono, hay dos señoras conversando a unos metros a mi derecha, por suerte ya se van. Ahora le envió un mensaje para decirle que ya puede abrir. Ahí está, me abre y me hace una seña que valla, lo saludo con un beso.

–¡Roger!–escucho a unos chicos que gritan.

–Compadre, cómo están–él se aleja de mi lado para saludarlos.

Roger
–Hermano, tenemos un juego de fútbol hoy, a ver si nos puedes ayudar–Darío me pregunta.

–Sabes que ella está aquí y se la está jugando con su familia para verme.

–Pero no puedes abandonar tu vida, ya tú sabes que la tienes ahí, comiendo de la mano, un día que vengas con nosotros no hace nada–Frank, mi compañero, intervino.

–Bueno voy a despedirme de ella entonces–acepto.

Me acerco con lentitud a la chica que me espera. Está ahí con su uniforme, como todos los días arriesgándose para verme. Mis amigos tienen razón, yo no puedo abandonar mi vida por ella. Antes salía más con ellos y era diferente. Ahora no es igual.

–¿Qué pasa?–ella pregunta mirándome a los ojos. Me encanta su mirada, es la más sincera que he visto. Tomo aire.

–Me tengo que ir–ella no dice nada y prosigo–vinieron a buscarme–señalo a los muchachos–la beso en la frente y entro corriendo a la casa.

Eres el amor de mi vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora