Capítulo 8 "Reencuentro"

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Cuenta la leyenda que todos nacemos con un hilo rojo invisible, atado a la persona que amaremos por siempre y que sin importar el tiempo, el lugar o la circunstancia, el hilo se podrá estirar, contraer o enredar, pero jamás romperse.

Laura

Habíamos reservado con dos semanas de antelación y avisamos que llegaríamos en la tarde, el novio de Jenni, Miguel, y mi novio eran los responsables, ya que el resto de nosotros no tenía dieciocho.  Alquilamos una camioneta ya que éramos ocho personas, el regreso sería en ómnibus.

Casi llegábamos, a lo lejos pude ver el mar, el viento chocó con mi cara. El lugar era muy bonito, tenía mucha vegetación. Sentí la tranquilidad que necesitaba luego de tantos exámenes. Todo era tan perfecto, nos instalamos las chicas en una planta alta, habitación 25 con cuatro pequeñas camas. Teníamos un baño amplio, tele, había también una puerta de cristal que daba a un balcón. Ese me pareció el lugar perfecto para una foto de Instagram. Los chicos estarían en otra habitación por problemas de capacidad, no estaba tan lejos de todos modos.

Se hizo de tarde enseguida, saqué mi vestido favorito luego de tomar un baño. Uno de flores rojas que se pegaba a mi cuerpo. Me maquillé de forma sencilla. Quería ponerme un poco de perfume pero sentí unos toques en la puerta.

–Yo abro, seguro es Fer.

Ania me miró y dijo–Si ve, yo no decido que hacer con mi pelo, Jenni sigue en el baño y Lia con sus audífonos nunca se entera de nada.

Abrí la puerta y no podía creerlo. No era Fer, era alguien que yo conocía perfectamente. Parecía más ¿Mayor? Habían pasado unos años, eso no quiere decir que no recuerde esos ojos.

–Ustedes tienen Internet?–preguntó sin nisiquiera saludar.

–Hace cinco minutos sí–logré responder en buena forma.

–Bueno pues algo le pasa a mi teléfono entonces–estaba confundida–gracias y disculpa la interrupción.

Bajó las escaleras, mi corazón estaba congelado, casi cierro la puerta, pero lo vi subir otra vez.

–Oye es que te pareces a–muy bien a ver que dice–Laura?!!! Eres tú?!!!–sonaba sorprendido y muy confundido a la vez.

–No, no soy yo–me miró poco convencido–bueno si soy yo.

–Cuánto tiempo? Estás bien? Me recuerdas? Soy yo, Roger.

–Te recuerdo perfectamente!–me puse a gritar como loca–Gracias por ser un mentiroso, por irte y nunca más volver, te creí mi amigo y tú te fuiste sin decir más nada. Me dejaste sola Roger–cerré la puerta de un tirón.

–Roger?–Lia se quitó los audífonos sorprendida.

–Si, no lo puedo creer–no sabía el por qué de tanta rabia, sin más me puse a llorar.

–Escucha, tienes que calmarte, esto queda entre nosotros. Olvida que él existe, no le diremos a nadie que está aquí.

–Disculpa Jenni, es casi imposible que los demás no lo vean. Este lugar no es tan grande–dijo Ani y tenía razón.

–Hay que contarle a los demás, no queda de otra, si Fernan se entera será peor. Él sabe el daño que me hizo Roger. Hoy es sábado, ya el lunes estaremos en casa y no lo veremos más–respondí en un intento de calmarme.

–Bueno si, Lau tienes razón–Lia apoyó mi idea.

Terminamos de arreglarnos, fuimos a comer y luego a la pista. Allí le contamos todo a los chicos. Al principio reaccionaron extremadamente mal, Fer quería salir de allí y pelear con Roger. Le dije que lo dejara, este era un momento para disfrutar. Pude verlo a unos pocos metros cuando mi novio fue en busca de unas cervezas, bailaba con una morena mucho mayor que él. Me miró descaradamente, sentía ganas de golpearlo por reaccionar de forma tan cínica.

Un rato más tarde nos despedimos de nuestras parejas y fuimos hasta nuestras habitaciones. Lavé mi cara y ya con el juego de dormir puesto me acosté en la cama. Era imposible, no podía parar de pensar en lo que había pasado. Me levanté y con cuidado abrí la puerta para caminar un rato. Bajé las escaleras. Todo permanecía en silencio, pasaba por unas habitaciones de color verde cuando alguien tapó mi boca por detrás y me arrastró a un lugar más oscuro.

–Sssss, tranquila, soy yo.

–Qué haces? Eres un estúpido, suéltame–Roger me sujetaba con mucha fuerza y yo estaba demasiado asustada.

Con una de sus manos sujetaba las mías por encima de mi cabeza. Estuve en silencio por unos segundos. Me miraba directamente a los ojos, pasó la otra mano por detrás de mi cintura y entonces me besó. Movía sus labios con deseo, sentí que mis piernas estaban fallando. Mordió con suavidad mi labio inferior y dejé escapar un gemido. Continuó por unos pocos segundos y luego se detuvo.

–Parece que encontré la manera para hacerte callar–pronunció burlón.

–Eres un estúpido, si no me sueltas voy a grit–no pude terminar la frase, me estaba besando otra vez.

Tuve la sensación de que no existía nada más en ese momento. Su boca y la mía poéticamente, riman a la perfección. Pude sentir su olor invadiendo el mío. Separó un poco sus labios y me dijo:

–Tú solo no hables.

Luego los llevó a mi cuello. Con el primer roce mi piel ya estaba erizada. Sentí que mi corazón latía más de lo normal. Entonces me solté de sus manos y lo empujé con fuerza. Iba a salir corriendo, lo juro, pero algo dentro de mi era más fuerte así que me acerqué y justo cuando intentaba besarlo...

–Lau?–era Lia–Roger?!?!

–GordiLia?

–Cállate–dijo muy contenta y luego cambió de cara–mira tenemos que irnos, Fernando despertó y fue a nuestra habitación y como no estabas allí anda como loco buscándote.

Salimos de la oscuridad y vi a mi novio sentado cerca de la piscina. Lucía bastante preocupado.

No pude evitar pensar en que había traicionado a mi primer novio por primera vez...

Nota de la autora: Pero Laura? Qué estás haciendo? Ustedes creen en el hilo rojo? Yo más bien creo que esto se va a poner feo. Laura no soportaba a Roger, entonces: ¿Por qué reacciona así?
Dejen su estrellita bonita si les gustó!
Los quiero Amores ...

Eres el amor de mi vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora