Roger
Pocas veces en la vida tienes la suerte de estar cerca de la persona que amas. Estaba cansado, lo que sea que ella tuviera, me gustaba, más que una atracción física, sentir esa conexión; si me preguntas cuál sería la palabra para describir el sentimiento, te respondería: PERFECCIÓN.
Al principio creía estar confundido, el amor inevitablemente se siente, no importa que vistas con la armadura más fuerte del mundo a tu corazón, porque cuando una persona está hecha a tu medida, pierdes la guerra. Abandoné aquel lugar porque eso es lo que hago siempre, llevo años de mi vida siendo así.
Es imposible ser otra persona en dos días, pero por ella estaba decidido a cambiar. Estaba bebiendo sin control en aquella barra. Me sentía mareado y de mi cabeza no salía su angelical rostro. Hace solo tres minutos había regresado a la fiesta en busca de su amiga Jenni para irse a su casa. La pude ver y justo ahora estaba pensado cómo era yo capaz de no hacer nada.
Me levanté y con el alcohol en mi cuerpo bajé las escaleras, una vez en la calle la pude ver, iba ya a varios metros de distancia. Comencé a correr tras ella, tropezaba según avanzaba, en pocos segundos llegué a donde estaban. Me miró por un momento. Si sobrio no puedo, esta es mi oportunidad, pensé.
–Aquella noche cuando fui a tu casa–hice una pausa.
–Bueno Lau, yo te espero más adelante para que hablen–dijo su amiga, ella no hablaba.
Continué–Fui a tu casa porque te asmo.
–Qué? Jajaja–reía sin control y a mi encantaba verla así.
–Oye no te rías–dije arrastrando las palabras–Cuando estoy borracho se me lengua la traba.
Y ahí estaba yo por primera vez en mi vida haciendo el ridículo. Ella reía muchísimo. Sujetaba su barriga, hasta le faltaba el aire. Era la sonrisa más bonita del mundo, ella es ese tipo de persona que te puede hacer feliz con tan solo su presencia, es más que nada perfectamente imperfecta.
–Oye, te dije que no te rías–pero era imposible porque en ese estado yo también estaba riendo y además se me estaban ocurriendo cosas muy bobas–Te lo juro, yo no se que va a pasar con mi vida, pero lo que sé es que quiero tener un hijo contigo, se puede llamar, no sé, Lauro.
–Es... estás loco. No puedo contigo. Estás borracho no?–me decía casi sin poder hablar.
–Si, pero los borrachos dicen la verdad. Además es un buen nombre Lau Ro, lo entiendes?
–Si, si claro. Mira vamos hacer algo. Me toca a mi ahora. La cuestión es que no puedo verte así. Entonces cuando estés bien hablamos.
Se fue. De algún modo esta vez no me sentía mal. Este no era el final. Yo la vería pronto. Va a ser difícil, la conozco, le costará confiar en mí.
Días después
Laura
¿Me estaba enamorando? Es una pregunta difícil de responder, sin embargo, ese no era mi mayor problema estos días. Nos habían puesto en la escuela unos cuantos trabajos extras, que serían además evaluativos. Excusas para salir: ¡No me quedaban! Desde la noche del día catorce comencé a verme con Roger, que si voy a casa de una amiga, "no me quedaban amigas por visitar" , o si tengo que imprimir un trabajo, tengo que hablar con mi profesor porque me quedaron dudas.
Hoy sería una excusa diferente, la verdad era mitad mentira y mitad verdad, Jenni y yo iríamos en la tarde noche a buscar una peli a casa de Ania. En realidad solo iría mi amiga, mientras mi plan era quedarme unos minutos para ver a Roger en su propia casa. Su padre estaría trabajando todo el día, así que no tendríamos problemas.
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Eres el amor de mi vida.
Fiksi RemajaEsta es la historia de una muchacha cubana, desde su niñez hasta su juventud. Su vida sufre un cambio cuando el amor de su vida reaparece...