Capítulo 7 "Inesperado"

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Roger

No podía creerlo, adiós mujeres, bye bye cerveza y buena vida. No esperaba tener que vivir los siguientes meses con mi papá. En ese pueblo sólo había una cosa: aburrimiento. Mi mamá estaría un tiempo en Canadá con su hermana, no me quedaba de otra.

Mis amigos estaban en casa y ayudaban a recoger mis cosas. Ahora también haría un cambio de escuela. No los vería hasta finales de agosto del próximo año. Me prometieron una despedida, pero no daban detalles los muy cabrones. Seguro que alcohol y mujeres estarían incluidos. Ellos nunca fallan con las sorpresas.

–Por ahora vístete, hoy es viernes y el cuerpo lo sabe–dijo Tony.

–No te preocupes brother–habló Luis–mañana te vas a llevar tremenda sorpresa.

–Será un viaje largo?–pregunté tratando de investigar un poco.

–Concéntrate en esta noche, conseguimos lugar para el fin de semana completo, pero ahora vístete porque no hay tiempo para detalles, quedamos con María y otras dos para salir–Tony si me conocía, María era de mis chicas la mejor.

Tan solo imaginar ese cuerpo y esas curvas, me volvía loco. Así que agarré mi ropa y zapatos de marca con rapidez.Tomé un baño primero y en media hora estaba listo. Pagamos un taxi hasta el club y comenzamos a beber en cuanto llegamos. Pasaron unos diez minutos, entonces entró María y se sentó a mi lado.

No voy a negar que esa rubia estaba hermosa, pero no nací para enamorarme, nací para disfrutar y no para perder mi tiempo. Quién dice que el amor existe? Las relaciones traen hijos no deseados, maltratos y divorcios. Eso es lo que aprendí cuando mis padres se divorciaron.

–Van a pedir ya?–se acercó un camarero y le preguntó a las chicas.

–Una cerveza para mi y para la señorita un tequila–dije y le hice un guiño a mi sexy acompañante.

Yo creo que me complementaba bien con María porque compartíamos varias cosas. Nos encantaba el sexo, la cerveza y los chupitos de tequila, el reggaetón, las fiestas, nos gustaba todo aquello que decía: DIVERSIÓN.

Bailamos como si no hubiese un mañana. Pasamos tremenda noche. Mi mamá nunca se metía en mis relaciones. Podía llevar a la casa todas las chicas que yo quisiera, solo debía usar protección.

Me llevé a María a las 11:30 pm para mi casa. No tenía que decirle nada. Era una experta y doy las gracias porque odio andar de maestro. En un rato ya habíamos terminado y estábamos listos para una segunda vez. Se nos acabó la energía y nos fuimos a dar un baño juntos. Luego se fue.

Yo tenía mis reglas con las mujeres, sencillas y fáciles de seguir:
1 Si nos vemos es para tener sexo.
2 Repito si yo quiero.
3 No te puedes enamorar.

Hasta el día de hoy me había resultado a la perfección. Me tenía que levantar a las seis de la mañana, lo mejor era descansar.

Unas horas después...

–Roger, Roooger–sentí unas voces.

–Mamá hoy es sábado!–dije entre dormido y despierto.

–La resaca no lo deja razonar–reconocí la voz de Luis.

Abrí los ojos y los vi. Ambos con una sonrisa de cumpleaños en sus caras.

–Qué hora es?

–Son las 5:30–respondió Luis.

No lo podía creer. Jamás estos dos se levantaban tan temprano. Algo se traían entre manos.

–Van a decirme de qué trata?–supongo que esperé demasiado, soy una persona bastante impaciente.

–Piscina, playa, sol, mujeres y cereza–Tony no dejaba de sorprenderme, ellos son mis mejores amigos por algo–no te preocupes por el dinero.

–Ahora si nos estamos entendiendo. Gracias, voy a extrañar salir con ustedes.

El campismo al que iríamos de visita estaba a unos pocos kilómetros de la casa de mi padre. Mis amigos pagarían por un transporte hasta allá. Pasado el fin de semana tomaría un ómnibus y seguiría solo mi camino.

–Te quiero nene, no te metas en problemas. No salgas mucho de fiesta. No tomes demasiado alcohol–amo a mi madre, pero no hace falta que repita todo lo que siempre me dice.

La abracé todo lo que pude. No sería un mes, sino varios sin verla. Le dije lo mucho que la quería y que la iba a extrañar.

Llegamos al lugar, no era tan genial como los hoteles a los que solíamos ir. Se veía cómodo pero bastante sencillo. La brisa rozó mi cara y me sentí tranquilo. La piscina no me sorprendió, el bar estaba bastante lejos, junto a él había una pista de baile. Miré mi reloj: 9:30 de la mañana. Un señor se acercó y nos pidió identificación.

–Ustedes no parecen mayores de edad–observó detenidamente–bueno pues al parecer si tienen dieciocho los tres.

Habitación número 25, planta baja. Hubiese preferido planta alta, pero nos dijeron que estaba reservada, un baño bastante lujoso y tres camas amplias, televisión, internet... No estaba nada mal.

Nos pusimos ropa de baño, pasamos por el restaurante y compramos pizza. Luego fuimos al bar por unas cervezas. Allí nos encontramos con unas chicas un poco mayores que nosotros. Les preguntamos si en la noche vendrían a la pista y dijeron que si. El viaje me gustaba cada vez más.

NOTA DE LA AUTORA:
Hola! hoy es viernes y el cuerpo lo sabe, es por eso que actualicé. Les cuento que mañana empiezo con días fijos para publicar. Serán los sábados y los miércoles. Así estoy mucho más organizada con todo. Creo que ya se deben imaginar lo que va a suceder en el próximo capítulo... pero se los dejé ahí de todos modos.

Los quiero amores. Gracias por leer mi historia y dejarme sus hermosas ☆
Prometo dar lo mejor de mi.

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