antiguas lenguas

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Luego de sacarnos de la cueva el detective nos llevó a una de las tiendas de campaña donde examinamos los artículos encontrados en la excavación para interrogarnos, Jared contestó casi todo, claro omitiendo la parte del mareo, la serpiente y mi sabiduría en lenguajes antiguos.

-    Me pregunto cómo es que en cada caso raro en esta excavación está usted involucrada señorita Blackwell. – la mirada del detective deja de lado la pequeña libreta en sus manos y se dirige a mi que me retuerzo las manos sudorosas.

-    Créame que me pregunto lo mismo detective. – mí voz es apenas un susurro audible, las cortinas se abren y veo a Lee y Elisa entrar preocupadas, últimamente es en el único modo que se acercan a mi. Mis amigas corren hacia mi, cuando me tienen en frente pasan sus manos por mi rostro, brazos y prácticamente todo el cuerpo en busca de alguna herida, las veo suspirar de alivio al no ver ninguna. El detective se aclara la garganta.

-    Acaso no ven que están siendo interrogados? – su pregunta es para ambas pero sus ojos solo se fijan en Lee que lo desafía con la misma intensidad con que él la mira.

-    Esto no es una comisaría ni un Despacho suyo, así que no creo que tenga mucha jurisdicción en estas áreas, detective Decker. – la chica lo observa con una ceja alzada y total confianza en si misma. El detective se levanta de la silla y se acerca a Lee. La tensión se puede cortar con una tijera, mientras el hombre acomoda su corbata dando algunas zancadas hasta estar frente a ella.

-    Aun así podría hacer que la apresaran señorita, sigo perteneciendo al Gobierno y teniendo poder suficiente para ello, así que le aconsejo que mantenga esa linda boquita cerrada en mi presencia. – Advirtió el Moreno, Lee da unos pasos atrás y por primera vez desde que la conozco la veo quedarse callada. El detective vuelve la vista a nosotros – señorita Blackwell le aconsejo que se tome unas semanas de vacaciones y lejos de este lugar, y trate de no meterse en problemas por favor. – su vista regresa a Lee. – espero con ansias nuestro siguiente enfrentamiento señorita. – el detective le guiña un ojo y sale de la tienda. Elisa y yo miramos a Lee alucinadas, no sabía que los detectives podían coquetear en horas de trabajo, porque claramente eso fue coquetear. Veo a Demian acercarse con una sonrisa perversa.

-    Escuchen, si quieren coger en el desierto no hace falta esconderse en un salón de un antiguo Palacio hundido, preocupa a los demás. Espero que al menos el polvo haya válido el susto que nos dieron. – el rubio pasa su brazo alrededor de mi hombro y casi puedo ver el humo saliendo de la nariz de Jared.

-    Teniente Mitchell no olvide que soy su superior y que puedo hacer que pateen su culo fuera de la milicia con solo tronar los dedos, y lo he hecho por menos de ahí. – espeta el castaño y la vena en su cuello comienza a brotar. Damien quita su brazo de mi hombro y baja la mirada ante un furioso Jared que sale como una bala de la tienda.

-    Nunca lo había visto así conmigo, ni con ninguno de nuestro escuadrón. – las mejillas del rubio se tornan coloradas por la vergüenza, pero poco dura pues al ver a Elisa la mirada traviesa se le enciende nuevamente. Lo veo acercarse a ella, eso es señal de que habemos dos que estorbamos allí. Tomo a Lee del brazo y nos arrastró fuera de allí, lo último que veo es como los labios del teniente se apoderan de los de mi amiga en un apasionado beso.

-    Usen protección!! – el grito de Lee me hace reír y por un instante olvido la cueva, siempre pensé que mi primera excavación sería diferente a esto. Hasta ahora no he encontrado nada realmente importante, a cambio solo he conseguido unos sueños perturbadores que ahora me consumen incluso despierta.

La noche llegó deprisa, para calmar las aguas luego de la excavación del día decidimos encontrarnos en el bar de la vez anterior luego de darnos una ducha y comer algo que no fuesen galletas casi rancias. Al entrar al bar con las chicas buscamos a nuestros acompañantes, los veo en una mesa al Fondo riendo y tomando cervezas junto con algunas botanas. Saludamos a todos y nos sentamos, el camarero no tarda en llegar por nuestras ordenes, Elisa ordena una Margarita de fresa, Lee un mojito y yo un daikiri, bromeamos un poco acerca de cosas que vivieron los chicos durante su entrenamiento militar.

-    Lo digo en serio, creo que me orine ese día cuando nos llevaron a la habitación para aguantar los químicos sin máscara ni nada. – todos estallamos en risas por las ocurrencias de James, el pobre al fin pudo salir del Hospital y recuperarse bien luego de la mordida de la serpiente. El camarero llega con nuestras órdenes y una botella adicional con una bebida de nombre Árabe.

-    Nosotros no pedimos eso. – le informo al joven un tanto desconcertada.

-    Lo sé señorita, esa botella la envía el señor de aquella mesa para la señorita del vestido rojo. – nos indica señalando a una mesa en la otra esquina donde el detective decker toma una cerveza. Miro a Lee con los ojos muy abiertos.

-    Bueno Lee, tu eres la del vestido rojo querida. – Elisa le sonríe con burla. El joven camarero deja los tragos y la botella en nuestra mesa y veo a los chicos pedir una explicación con la mirada pero los ignoramos esperando la reacción de mi amiga, claro que no aceptará tan fácil, no despué de que la dejó sin palabra esta tarde. Veo a la pelirroja levantarse de la mesa con su trago en una mano y la botella en otra. Se dirige a la mesa del detective y se sienta frente a él, ella le dice algo y él alza una ceja desafiandola. Luego todos nos giramos para seguir en lo nuestro, hay un breve silencio en nuestra mesa y solo escuchamos la música revoloteando en el aire. Finalmente Damien es quien rompe el hielo.

-    Crei que ella estaba con Richard. –

-    No, es demasiado estúpido para lanzarse sin miedo, él es como una gota de agua y Lee es como un incendio completo. – le resto importancia y le doy un sorbo a mi bebida.

-    Y ustedes dos? – ahora es James que se dirije a Damien y Elisa que están tomados de la mano. Mi amiga lo suelta rápidamente y se dispone solo a tomar su trago.

-    No existe un "ustedes dos".- responde la Morena con la mirada clavada en su vaso, veo pasar un gesto de amargura en el rostro del Rubio pero se recompone en seguida y se levanta de la mesa con su botella en la mano, lo sigo con la mirada hasta que llega donde un grupo de chicas, lo veo hablarle al oído a una peli Roja que sonríe ante lo que sea que le haya dicho el Rubio y minutos más tarde los pierdo de vista, darle celos a una pelirroja natural con una de farmacia es un error. Regreso a mirar a mi amiga con desaprobación. Pero decido no hablar. Jared se mantiene callado toda la noche, al parecer los únicos con algo de acción son Damien con la chica aquella y Lee que ríe junto al detective.

DamnedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora