Damned

Otra vez en el mismo canal

POV'S ISIS

La noche termina con Jared y conmigo llevando a James a su cuarto en el hotel ebrio hasta las neuronas. El Moreno balbucea algunas cosas mientras Jared le dice que esta bien, que harán eso que el dice. Finalmente lo dejamos acostado en su cama y nos dirigimos a nuestras habitaciones. Mientras esperamos el ascensor veo a Jared por el rabillo del ojo, esta maldiciendo en voz baja, en toda la noche no me ha dirigido la palabra, en realidad desde que salimos de la cueva no lo ha hecho, nisiquiera sus miradas arrogantes, o apodos, nada, solo me ignora.

-    No es que me importe pero porque estas ignorandome? – las palabras salen antes de que pueda pensarlas bien. No levanta la mirada.

-    No lo hago. – pongo los ojos en blanco, claro, por eso está más seco que el desierto.

-    No quería que nos quedásemos allí atrapados. –

-    Se que no, no he dicho eso. – intenta explicarse. – no entiendo lo que te sucede, nunca había visto nada parecido, era como si no fueras tu. – pasa la mano por su cabello alborotandolo y por primera vez en toda la noche me mira fijamente. – no se que pensar sobre ti. – dice Finalmente.

-    Entonces dejas de hablarme porque cosas raras que yo no he pedido me pasan? – le acuso. El ascensor abre y entró, marco mi piso y el hace lo mismo. Nos quedamos en silencio viendo los pisos pasar hasta que vuelve abrir en mi piso, salgo sin decir nada, pero la mano de Jared me detiene. Él también sale del ascensor y se acerca a mi, pasa su mano por mi rostro y pone un mechón de cabello rebelde tras mi oreja.

-    No quería decir eso, se que no lo estas pasando bien, es solo que eres como una caja de Pandora, temo que en cualquier momento pueda salir algo que no deseo ver o de lo que no pueda protegerte. – su voz es sincera y no se lo puedo discutir, también lo he pensado en estos días.

-    Bien, entonces huye como un cobarde Teniente Coronel Alistair. – Quito su mano de mi rostro y me doy la vuelta para irme a mi habitación, abro la puerta y la cierro de un portazo. Me tiro sobre la cama, me arrepiento tanto de haber sido elegida para esta excavación, desde que estoy en Egipto es como si estuviese maldita, como si todas las maldiciones del antiguo mundo estuviesen sobre mi torturandome por lo que hecho en esta y en todas mis vidas pasadas. Me Acurruco aún vestida, poco a poco voy cayendo en los brazos de Morfeo. Y nuevamente revivo la misma escena de la cueva, la niña, el faraón y la mención de la joya pero esta vez no siento miedo.

Abro los ojos en el mismo salón, justo dónde estaba la última vez, esta vez si logro ver la joya en el cofre, y no es una son varias, hay una corona de oro en forma de las alas de isis, con una serpiente que se alza el frente llena de esmeraldas y rubíes, a su lado un cetro de del mismo material reposa, con el mismo diseño de las alas solo que en el centro de estás descansa una media luna con una joya roja que brilla como sangre fresca, una copa de oro con diseños de serpientes a su alrededor y finalmente un brazalete en forma de escorpión. A la pequeña se le iluminan los ojos y veo al faraón dar la orden de llevarse el cofre, la doncella se va y quedan solos padre e hija.

- Serás la más poderosa Dabnae, no habrá nadie que pueda resistir tu poder.- halaga el padre besando la frente de su hija, la niña asiente feliz.

La escena desaparece en una especie de humo y ahora estoy en otro lugar, parece una habitación, en esta mi cuerpo se mueve pero no por órdenes mías, camino hacia el gran balcón atravesando las cortinas y descubro el gran Egipto que se alza frente a mi, logro ver una fuente y algunos detalles del palacio, los guardias caminan fuera de un lado a otro y veo mujeres llevando diferentes cosas. Camino de regreso a la habitación, escucho un sonido fuera y la puerta se abre dejando ver un sirviente.