- El que te haya dejado besarme no quiere decir que puedas dormir en mi cama ni en mi habitación.- espeto, lo veo procesar mis palabras con confusión, pero sin dejarlo hablar me levanto de la cama y lo empujo. Tuve un momento de debilidad si, pero no significa que como damisela en apuros o cliché voy a dejar que un hombre del que no soy nada duerma en mi cama solo porque si, díganme anticuada o tonta pero así es. Jared se levanta de la cama sin prestar resistencia, lo veo caminar hasta la puerta, toma el pomo en sus manos y se gira hacia mi.- Segura que estarás bien? Dije que te cuidaría el resto de la noche.- se ve preocupado pero no quiero un hombre que despierta toda clase de cosas en mi durmiendo en mi cama, no después de ese beso, seguro y mañana amanecería desvirgada. Y antes monja que zorra, se cuantas mujeres han pasado por su cama desde que esta en Egipto, han sido 3 pero son más de una, es casi multitud y no quiero un rollo del que luego me arrepentiré mañana.
- Si, segura, ahora vete a dormir, mañana hay trabajo.- pongo mi mejor sonrisa y sin más el castaño sale de mi habitación cerrando tras él. Y ahora sola me pongo a pensar en el nombre que según Jared dije y el rostro del hombre que "ataque" en el desierto, ahora si que estoy confundida, nada de esto es bueno y no logro unir ninguna de las piezas del rompecabezas. Con estos pensamientos me meto a la cama para tratar de dormir.
Despierto temprano igual que siempre, extrañamente luego del suceso de anoche pude dormir tranquilamente, eso es realmente un milagro, casi imposible. Como logre dormir bien hago toda mi rutina de buen humor, salto y bailo mientras me visto para ir a la excavación. Me pongo unos jeans, una camisilla blanca y una camisa a cuadros negra y blanca de manga larga sobre esta, dejó unos 4 botones abiertos y le hago un nudo en los bordes de abajo a la camisa dándole un look "chic", me colocó las botas militares y recojo mi cabello en una coleta, revisó que todo este en mi mochila y salgo de la habitación. En el ascensor me encuentro una cara conocida, saludo a Lee que me recibe con un abrazo y unas Oreo, aceptó gustosa las dos cosas y veo las puertas cerrarse mientras los números van pasando.
- Lograste dormir bien? – me observa mientras lleva un trozo de galleta a su boca. Asiento aún con un pedazo de galleta en mi boca.
- Si, el resto de la noche fue tranquila. – y justo ahí aparece esa mirada pícara iluminando el rostro de Lee. Niego antes de que diga nada.
- Me vas a decir que no pasó nada con Jared? – mi amiga pone cara de "me estas viendo la cara de estúpida " y solo puedo reír, sus facciones son exageradas, lleva la mano libre a su pecho dramáticamente.
- Oye, no te queda lo dramática. – le saco la lengua justo cuando la puerta se abre en el "lobby"
Una hora más tarde estamos en las excavaciones trabajando, revisamos cada palabra tallada miles de veces, buscando rastros de algo que simplemente no aparece. Miramos de todos los ángulos los objetos, pero sin embargo no llegamos a ningún lugar, no hay pistas que seguir, no hay migajas y eso nos frustra a todos. Los militares hablan o ríen distraidamente ajenos a nuestros problemas, veo a lo lejos a Jared con un grupo de chicos, su mirada se cruza con la mía pero me giro rápidamente y para mantenerme alejada regreso a la cueva con mis colegas. Los chicos que viajaron conmigo están en una esquina leyendo nuevamente uno de los jeroglíficos, están ensimismados así que decido no inmiscuirme en eso. Me pase por la cueva y como cada día término frente a la puerta que da a la Sala del trono, no se ha vuelto a abrir desde el incidente, pero cada día término parada frente a ella, siento que algo dentro me llama, me dice que dentro estarán las respuestas que busco. Al menos eso deseo. Suelto un suspiro mientras las yemas de mis dedos viajan por la pared hasta donde la llave sigue pegada, nadie pudo quitarla por más que trataron. Mi curiosidad se pelea con mi buen juicio, sé que está mal pero un vistazo no me hará daño. Giro la llave y la puerta cede con un sonido leve, casi como un susurro, miro tras de mi pero mis colegas no se han enterado de nada, continúan su discusión. Regreso la vista a la puerta, puedo sentir los latidos de mi corazón en mis tímpanos, incluso el latido de mis arterias en mis dedos cuando empujó la puerta. Saco la linterna de mi bolsillo trasero y alumbró antes de entrar, no quiero más serpientes en mi vida. Como no veo nada decido entrar, mis rodillas tiemblan ligeramente, quizás de nervios o tal vez de excitación. Doy algunos pasos dentro pero una mano me toma de la cintura helando toda mi sangre, ahogo un grito antes de girarme.
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Damned
AventuraMitos y leyendas marcan la historia de la humanidad, donde dioses, monstruos, maldiciones y magia mantienen viva la esperanza en los corazones, ¿pero que tanto de esas leyendas puede ser real? ¿Existirá algo que ignoramos ahí afuera? Se habla en ca...