Oliver
Paso una larga semana desde aquella vez que volví a ver a Valentina.
Jennifer al enterarse que la engañe decidió que nos divorciaríamos, lo acepte totalmente ya que ella estaba en todo su derecho pero después de eso y no volver a ver a Valentina todo me empezó a salir mal en problemas personales.
La había buscando en Uruguay, Noruega, España y hasta en todo Reino Unido pero jamás la encontré, nunca pasó por mi cabeza que estaría aquí en Milán.
Sin darme cuenta me había enamorado de Valentina y cuando me dijo que tenía algo importante que decirme lo arruiné por total y la dejé sola causando la muerte de el bebé que ella llevaba en su pancita.
...
Dan las 16:44 pm y veo a Castillejo salir en compañía de Díaz y Zlatan de la casa que se supone y es en la que habita Valentina.
Cuando los pierdo de vista bajo de mi auto y voy decidido a enfrentar lo que sea que se venga.
Tocó el timbre dos veces y después de unos segundos una mujer de unos cincuenta años o más aparece en la puerta con una sonrisa.
— ¿Si? – pregunta extrañada.
— busco a Valentina – digo y asiente con una sonrisa.
Cierra un poco la puerta y se da la vuelta.
— ¡Valentina!... Corazón te están buscando – grita.
— si es Samuel dile que tiene sus llaves y si es mi papá Zlatan que no entre si no me tiene lo que le pedí, ahora sí es Brahim déjalo pasar por qué el nene me cae tan bien y es muy tierno, aparte de ser un buen amigo de Samuel – y no oigo nada más que Samuel.
— ven aqui rápido – escucho su risa y veo a la señora alejarse.
Al abrir su expresión cambia por total y bajo la mirada.
— ¿Que estás haciendo aquí? - pregunta.
— Valentina –.
— Oliver que haces aquí –.
— ¿Podemos hablar? – pregunto.
Valentina
— ¿Podemos hablar? – pregunta Oliver y niego con la cabeza.
— no hay nada de que hablar – susurro.
— sabes que no es así... Nosotros tenemos mucho de que hablar Valentina – río.
— es mejor que te olvides de lo que pasó, que olvides de que nos conozcamos y de que hagas tu vida con tu familia muy lejos de mi – baja la mirada y ahora niega.
— mientras no hablemos eso no se logrará – una pequeña sonrisa se forma en mi rostro.
A veces no me entiendo.
Basta Solberg, que el es un hombre casado y tu tienes una hija por la cual vas a ver hasta siempre.Ni si quiera se cómo llego aquí, espero que a Chloé no se le ocurra despertar y menos llorar.
— te busque desde que te fuiste de Inglaterra, Valentina no sabes lo mal que me siento –.
— me interesa poco, no quiero volver a verte, solo quiero que te vayas – digo.
— ¿Que son tu y Samuel? – pregunta siendo directo y mirándome hacia los ojos.
Usar los zapatos bajos ante un 1.92 de altura es lo peor de la vida, no me siento capaz de estar a su altura.
— eso a ti no te interesa – digo.
— si me interesa, dímelo por qué de todos modos lo voy a saber – resoplo y siento que las lágrimas me invadirán en cualquier momento.
— realmente acabas de decir esto pero haré como que no te escuché, espero no verte nunca más, adiós – me entró y cierro la puerta.
Elena me mira y me abraza de inmediato, entonces las lágrimas me invanden y ahora más que antes siento que voy a morir.
— ¿Era el papá de Chloé? – pregunta.
— lo es Lena... Oliver es el papá de Chloé y piensa que mi pequeña murió el día de mi accidente – digo – guarda la culpa de algo que no pasó dentro de el – suspira y me dirige hacia el sofá.
— no sabemos si realmente guarde la culpa de eso pero no crees que el debería saber que tienen una hija –.
— no, el ya tiene cuatro hijas más y una esposa a la que ama, Chloé tiene a sus tíos y no necesita un padre para ser felíz – deja un beso en mi mejilla y sonrió.
— no te precionaré pero sabes que tengo razón –.