Valentina
Miraba a los jugadores salir al césped para disputar el partido.
Franck Kessié me invitó y si no quería dar sospechas tenía que venir, aún que no podía negar que había una razón más por la cual estaba aquí y era por qué quería ver a Oliver.
— pensaba que no vendrías – me dice Zoe y niego riendo.
— #ForzaMilán, yo jamás me perdería un partido – digo y ríe.
— real hasta la muerte –.
— soy esa, claro que sí – doy un suspiro y tomo mi lugar.
Elena se había quedado en casa con mi Chloé, yo al salir de aquí iré de inmediato a casa por qué no puedo dejar a mi bebé sola.
La adoro tanto que no me acostumbro y no puedo estar ni si quería un minuto sin ella.
Mi mirada se centra en Oliver que se ubica en su posición ya que hoy titular, el empieza mirar como si buscará a alguien.
Mi corazón se detiene al ver cómo me mira y una sonrisa se forma en sus labios causando que las mariposas de mi estómago cobren vida y logran que quiero salir corriendo a besarlo.Pero es algo prohibido así que no lo haré.
— lo sé, los franceses son tan buenos – esquivo su mirada y le doy un golpe a Zoe mientras reímos.
— claro que no, ni si quiera me interesa – digo con los nervios notables a simple vista.
— Valentina Solberg para el amor no hay edad – me da un codazo y río.
— para el amor no hay edad no se refiere a que puedes estar con alguien mucho mayor que tú, habla de que para el amor no hay edad, que puede llegar en cualquier momento – se queda pensativa y ríe.
— muy romántica pero déjate de cosas, cuando se ama de verdad nada importa – buffo.
— díle eso a Oliver –.
— ¿Qué? –.
— que eso no con Oliver, ni lo conozco –.
Metí la pata ya lo sé y es muy normal en mi también.
41' Gol de Zlatan.
56' Gol de Theo Hernández con asistencia de Oliver Giroud.
90 + 3' Gol de Brahim con la victoria a favor.
Más feliz no podía estar.
No lo pienso más y tomo mis cosas saliendo del estadio, cumplí con venir pero ahora mi pequeña Chloé espera en casa y no la haré esperar.•••
— que bueno que llegas hija, Chloé se durmió hace que no debe tardar en despertar, iré a hacer las compras de la casa – dice Elena y asiento con una sonrisa.
— la iré a ver y no tardes, me traes de esos chocolates del otro día por favor – asiente y deja un beso en mi cabeza saliendo de casa.
Al verla partir me levanto del sofá con camino a las escaleras, el timbre de casa suena y maldigo a Elena por no lleva sus llaves con ella.
— ¡Ahí voy! – grito.
Tontamente abro la puerta y regreso al sofá sin darme cuenta que quién estaba en la puerta no es Lena.
Maldita sea ¿Por qué a mí?.
— dije que no te quería volver – digo.
— tu me abriste la puerta – contesta después de haberla cerrado y mira la casa.
— sal de aquí – señaló la puerta.
— no lo haré hasta que hablemos – resoplo enojada.
— estás invadiendo una propiedad privada, si no lo haces llamo a la policía – ríe irónicamente.
— hazlo, igual no me iré hasta que hablemos –.
Hola Dios, soy yo de nuevo...
— no tenemos nada de que hablar Oliver – hago una mueca y me mantengo a metros de el.
— ¿Por qué te fuiste? – suspiro.
— por qué no tenía nada que hacer en Inglaterra –.
En el piso de arriba se escucha un golpe y Chloé empieza a llorar enseguida, lo que hace que salga corriendo a verla.
— ¿Un bebé? – ignorado.
Al llegar a la habitación no noto nada extraño pero mi bebé está llorando.
— ¿Escuchaste el ruido ese? – le pregunto a Oliver que mira desde la puerta con un gesto confuso.
— si, iré a revisar – responde sin dejar de mirar.
Trás un momento siento de nuevo su presencia y para esto ya logré calmar a mi bebé y la recosté de nuevo en su cuna.
— claramente no perdiste el tiempo – dice algo triste, a eso le llamo insultarme.
— el único tiempo perdido fue el que viví contigo – contesto y ríe.
— me agradaría decirte lo mismo pero en el fondo los dos sabemos que es lo contrario – niego.
— no es así – sonrió – ¿Cómo están tus bebés? – aquí normal evitando temas.
— cada día crecen más y están bien – si, pues su cara me dice lo contrario.
— ¿Todo bien?...