El tiempo vuela y yo me desaparecí del mundo para vivir mi vida siendo felíz con mi pequeña hija que acababa de nacer.
Pasaron siete largos meses desde que deje Londres y ahora todo iba mejor en Milán.
Su nombre es Chloé y es una pequeña italiana de tres horas de nacida.
Nada había sido fácil pero aquí estoy dando y dando a la vida, te caes, te levantas y sigues, no queda más que eso.
Como era de esperarse, aquí tengo a una sola persona y mi mayor apoyo en estos meses, Maia.
Bueno también está Samuel pero ahora está entrenando así que es posible que llegue dentro de más tiempo.
— pero entonces informo que todo en casa está listo, Chloé tiene su habitación más que lista y tú también tienes lo tuyo – dice la recién mencionada mirando hacia la ventana.
— sabes si ya están hechas las compras de la casa – digo.
— Elena se encargó de todo, me dijo que en cuanto termine con la casa vendrá a verte – asiento y sonrió.
Todo este tiempo del embarazo estaba viviendo en un departamento que por más lujoso que haya sido no sería un buen hogar para mi bebé ya que no cuenta con el espacio suficiente que quiero. Entonces me compré una casa la cual ya está lista y ahora que ya está lista nos mudaremos allá, justo a tiempo ya que dentro de una semana me darán el alta y podemos irnos.
Mi carrera como modelo se dió un descanso desde que me embarace, entonces decidí usar mi dinero y ahora soy una empresaria, dueña de mi propia marca de ropa deportiva y por si fuera poco, tengo mis propios perfumes.
Aprendí a depender de mi misma, a veces me siento mal pero otras veces recuerdo que lo he logrado sola y las ganas de llorar me invaden.
[...]
Paso una semana y ahora estábamos instaladas en nuestra nueva casa, listas para todo lo que se nos venga encima.
Es que esto era hermoso, me encantaba la idea de tener a mi hija conmigo y no podía estar más feliz.
Chloé es todo para mi, desde que me enteré de mi embarazo y muchas personas de las que pensábamos que estarían nos fallaron, ella me ayudó a salir adelante así que le voy a agradecer siempre a Oliver por haberme escogido para madre de la hija que nunca conocerá.
Re malvada yo... Bueno, el idiota se merece esto y más.
— Valentina –.
— ¡Soy inocente! – digo algo nerviosa y al darme cuenta de mis estupideces río.
— ¿Cómo estás? – pregunta Samuel dejando un beso en mi mejilla.
— aburrida de estar solo en casa y contando los días para volver a trabajar – ríe.
— pues eso será en menos de lo pesado, ahora lo más importante – camina hacia la puerta de mi casa y la abre dejando ver a Brahim, Theo, Zoe y Maia en la puerta con un montón de regalos de todo tipo y muchas golosinas.
— ¡Chicos! – digo desde el sofá sorprendida – exijo que llamen a Agustina ya por qué no me va a creer todo esto – la escucho reír y aparece por la puerta con un ramo de rosas enorme.
— estoy aquí nena – río y se acercan a abrazarme y saludarme.
Bueno, esto es realmente genial, Agustina es la mujer de Lautaro Martínez del Inter de Milán pero nos llevamos bien así que no se sorprendan si nos ven mucho tiempo juntas tomando en cuenta que yo soy del AC Milán.
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Probablemente está sea la novela con los capítulos más cortos que he hecho y es que quisiera hacerlos más largos pero para nada están en mis planes, aparte notarán que por ser los primeros capítulos las fechas no tendrán continuadad, pienso llegar a lo interesante lo más rápido posible.
Espero que les guste así que no se olviden de votar, seguirme y comentar.
