13. Siempre

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Lu llama a la puerta de la que fue su casa por más de media vida, esperando que Valerio tuviera razón con lo que le había dicho.

Voltea a ver a Patrick que aún seguía en el coche, y el le sonríe devolviéndole un poco de confianza.

Entonces la puerta se abre.

-¿Señorita Lu?-, le pregunta María, una de las mujeres que se había encargado de cuidarla cuando su padre no estaba, -¿busca a su padre?

-Si..., yo-, carraspea intentando buscar las palabras correctas, -¿sabes si está ocupado?

-No, no, claro que no, está en su oficina.

-¿Crees que podrías decirle que estoy aquí?-, María la mira con compasión.

 -Puedes pasar Lu, esta es tú casa.

-Ya, es que-, agacha la cabeza, -no quiero molestarlo, ¿sabes?-, ella le sonríe.

-Créeme, nunca serás una molestia para él, por más enojado que pueda estar-, pone una mano en su hombro, -creo que a ambos les vendría bien a hablar.

-¿Estás segura?-, ella asiente y Lu voltea a ver a Patrick, solo para hacerle una señal de que va a entrar.

Después entra detrás de María. -¿Sabes? Lo he notado raro últimamente, puede que una visita tuya sea lo que necesite-, se detienen cerca de la oficina y Lu le sonríe.

-No lo creo, la verdad, pero gracias.

-Verás que si, pero bueno, iré a prepararles algo a ambos, ¿vale?-, Lu asiente y se queda parada por un par de segundos viendo su casa.

Recorre la sala, mirando las fotos de la pared, sonriendo al ver una en la que solo están ella y su papá, cuando era más niña, otra de ella y Valerio, justo semanas antes de que lo mandaran a Chile, otro par de ellos y de su padre. 

Todo seguía en su lugar, tal y como lo recordaba, y es que si, no había pasado mucho tiempo, pero después de todas las peleas y discusiones pensó que su padre optaría por quitar todo, pero para sus sorpresa no fue así.

-¿Qué haces aquí?-, la sorprende la voz de su padre.

-Yo...-, carraspea, -quería hablar contigo.

-¿Conmigo?-, deja su copa sobre la mesa.

-Si es..., es algo importante, papá.

-Creí haberte dicho que no me volvieras a buscar-, Lu suspira, sabía que pasaría esto.

-Te necesito. Bueno..., necesito tu ayuda.

Su padre por un momento no dice nada. -¿Mi ayuda en qué?

Sorprendida porque mostrara tan solo un poco de interés, le dice: -No puedo dar detalles, es..., es algo muy difícil de explicar, pero no puedo equivocarme otra vez, y eres la única persona que me puede ayudar-, se acerca a él, -mira, yo sé que muy probablemente me odias y estás decepcionado de mi, y lo entiendo, yo también lo estaría, pero papá, de vedad, no vendría aquí si realmente no te necesitara.

-No te odio-, dice, -no podría odiarte. Tú deberías odiarme a mi-, pasa a un lado de ella y se sienta en el sofá, Lu solo lo mira.

-¿Qué?

-Ustedes son mis hijos, y si, no entiendo porque carajo hicieron lo que hicieron y jamás lo entenderé pero..., correrlos de su casa tampoco haría que dejaran de hacerlo. 

Lu se sienta junto a él. -No entiendo, ¿por qué cambiaste de opinión?

-Hace un par de semanas, poco después de que vinieras y no te dejara quedarte, yo...-, suspira y Lu comienza a preocuparse, -bueno, fui al doctor ya que me había estado sintiendo un poco mal y...-, Lu se lleva las manos a la cara porque en cierta forma anticipaba lo que le diría su padre.

-¿Qué es?-, le dice ella ya con la voz débil y él la voltea a ver.

-Cáncer.

-Joder-, Lu agacha la cabeza y una lágrima comienza a escurrir por su mejilla.

-Esto solo me hizo darme cuenta de que los quiero conmigo Lu, no quiero..., no quiero que mis hijos piensen que los odio o que no me importan-, ella lo voltea a ver.

-¿Por qué no nos dijiste?

-No sabía como hacerlo, mucho menos en estas condiciones. 

-¿Ya estás en tratamiento?-, él asiente, -entonces todo saldrá bien papá, solo... mierda- dice abrazándolo sin más y el se lo corresponde.

-¿En qué necesitas que te ayude?-, le dice él aún abrazándola, tratando de tranquilizarla.

Cada vez más cosas se juntaban, no podía ser que todo, en tan poco tiempo, se estuviera yendo a la mierda en su vida.

-No, eso..., eso no es importante ahora-, se separa.

-Pero dijiste que lo era, ¿es de dinero?

-Papá..., eso-

-Es importante para mi, déjame ayudarte con esto.

-Pero ahora...

-El cáncer no se irá ahora Lu, si viniste hasta acá, incluso después de todo lo que te dije ese día, de verdad debes necesitarlo, y no quiero que algo malo te pase-, se levanta y camina hasta su oficina, y cuando regresa trae en su mano una chequera, -¿cuánto es?

-Necesito que confíes en mi, ¿si? No puedo decirte nada, porque no quiero meterte en esto, es un problema mío y quiero que lo entiendas papá.

-¿Entones si es algo riesgoso?

-No, solo prefiero no decirlo-, él la mira dudoso.

-¿Cuánto dijiste que era?

-Veinte mil-, él anota la cifra en el cheque y llena todo lo demás.

-Toma-, se lo da, -solo prométeme que estarás bien-, ella sonríe, deja el cheque en la mesa y lo abraza de nuevo.

-Tú eres el que tiene que prometerme eso, te necesito.

-Yo también, hija-, Lu solloza al escucharlo y solo se aferra más a él, como si fuera una niña pequeña, y él solo besa su pelo, llorando junto a ella. -Somos un equipo, ¿si?, siempre fue así, tú eres mi motivación en esto, te prometo que me esforzaré para seguir adelante, por ti y por Valerio, saber que estamos bien, que en cualquier momento llamarás para decirme como te va en Nueva York y que él me llame hasta por equivocación-, ella suelta una pequeña risa, -es todo lo que necesito, ¿si?-, solo asiente contra su pecho

-Te quiero papá.

-También te quiero hija-, se acurruca con él, -no se cuanto tiempo más vayas a quedarte aquí en Madrid, pero esta es tú casa, ¿vale? Puedes quedarte aquí. Esta siempre será tu casa, y la de tú hermano también, siempre. 

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Nota de la autora: Pásenme los pañuelos que soy lágrimas. Cada vez esto se complica más, no puede ser, pero tranquilos, todo se resolverá pronto.

Ojalá les esté gustando, no olviden comentar y votar.

Les quiero, muack.

BROKEN - ÉLITE 4 (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora