BROKEN - ÉLITE 4 (Terminada)

24. Culpa

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Patrick

Lu y yo estábamos jugando en la tina.

-Vale, entonces es mi turno-, le digo a Lu y ella se voltea.

-No lo hagas tan difícil-, río.

-Pero si la pasada fue fácil.

-Eso no es cierto-, reímos y con la punta de mi dedo rozo su espalda y simulo escribir.

-Gato-, dice cuando termino y río.

-Era pato.

-No puede ser-, pasa una mano por su pelo mojado y se lo acomoda para descubrir su espalda de nuevo. -Una más.

Con una sonrisa, vuelvo a hacerlo.

-Está es... No lo sé.

-Soy muy bueno en esto-, digo riendo.

-Una más, solo una, prometo descifrarlo.

Pienso en que escribir, así que me tomo un momento. Cuando me decido, comienzo a tocar su espalda.

«Te amo»

Cuando termino, ella se voltea.

-No lo sé-, sonrío. -¿Qué era?-, me devuelve el gesto.

Le doy un beso en la frente y después recargo mi frente sobre la de ella, mirándola a los ojos.

-Te amo-, ella sonríe.

-Te amo-, me responde, para después atraerme hacia ella, dejando que mis labios rocen los suyos.

-Todo es tú culpa-, me dice Valerio sentándose a mi lado en el hospital, despertándome y lo volteo a ver.

-¿Qué?-, digo confundido, frotándome los ojos, tratando de adaptarme a la luz y asimilando que lo que acababa de pasar era un sueño.

Que ella ya no estaba conmigo.

-Que todo esto, lo que le pasó a Lu, fue tú culpa-, dice ronco, se nota que ha estado llorando.

-¿Es una puta broma?

-Si no hubieras aparecido, nada de esto habría pasado-, río y me levanto.

-¿Eso piensas?

-Pues si-, se levanta y se pone frente a mi.

-Por favor, chicos, ahora no-, dice Cayetana, pero ambos la ignoramos.

-Pues sabes, tal vez tienes razón, tal vez si es mi culpa, pero no por lo que tú piensas. Es mi culpa, porque dije que iba a estar para ella y no estuve, dije que la iba a cuidar y no lo hice-, me acerco más a él. -Joder ¡Debí de haber sido yo y no ella!

-Ey, basta-, Guzmán nos separa, pero yo lo empujo.

-No me toques-, le digo.

-Vamos a relajarnos, ¿Vale?-, río.

-Ustedes de nuevo-, dice un hombre vestido de traje acercándose a nosotros. -Es un homicidio por año escolar, ¿O de qué va esto?

-¿Quién cojones es usted?-, le digo.

-Soy el inspector González, el que llevará el caso de Lucrecia Montesinos Hendrich. Tú eres Patrick, ¿No es así?

«Mierda.»

-Si-, respondo intentando sonar más calmado.

-Bueno, ¿Podemos hablar un momento? Por favor-,  me hace una seña para que lo siga y lo hago.