BROKEN - ÉLITE 4 (Terminada)

18. Caos creciente

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Lu

-Au-, La voz de Patrick me despierta y lo volteo a ver.

Pasaba una mano por su cara y la dejaba sobre su frente.

-¿Qué pasa?-, le digo aún despertando.

Lo único que no me gusta de este cuarto es lo iluminado que está por la mañana, ¿No podía ser un poco más oscuro?

-La resaca es una mierda-, río.

-¿Qué esperabas? Te tomaste casi una botella entera de whisky anoche.

Él deja caer su cabeza de nuevo en la almohada y se tapa la cara con el brazo.

-¿Ahora sí me vas a contar bien qué pasó?

-No hay mucho que decir-, se acomoda en la cama. -Mi padre es un imbécil que no sabe respetar a mi madre ni en su tumba.

-Tu madre era muy importante para ti, ¿Cierto?

-Fue la única que siempre estuvo para nosotros.

-¿Y dónde está él ahora?

-Con ella, supongo. Pero eso no me importa, mejor dime, ¿Qué tan idiota me porté anoche?

-¿De verdad no te acuerdas de nada?

-Bueno, me acuerdo de cuando llegó mi padre con ella, discutimos, se terminó yendo, tomé una botella y de ahí en más, todo es borroso-, yo asiento. -Ah y lo que me decías al oído por la noche también lo tengo muy presente-, reímos.

-Pues solo me dijiste que no me necesitabas, pero después follamos y dijiste que si, entonces estoy un poco confundida-, ríe.

-Voy a darme un baño-, asiento. -¿Quieres entrar conmigo?-, lo veo. -Es que te necesito-, reímos.

-No.

-¿Quieres que te lo pida de rodillas?

-No eres capaz.

-¿Eso piensas?-, se levanta de la cama y yo río.

-¿Es en serio?-, se arrodilla.

-¿Puedes entrar conmigo por favor? El dolor de cabeza va a matarme, quiero que me cuides.

-¿Es broma?

-No, yo siempre consigo lo que quiero, cueste lo que cueste.

-Y si lo hago, ¿Qué obtengo a cambio?

-¿Una nueva experiencia de placer a la lista no es suficiente?-, río.

-Mmm, puede ser.

-¿Entonces no quieres?

-Tampoco dije eso-, ríe.

-Bueno-, se levanta y joder, ¿Por qué es tan alto? Me siento una pulga a su lado, sobre todo porque estoy sentada en la cama. Comienza a caminar hacia el baño y voltea a mirarme. -Te espero, tú decides.

Da un par de pasos, pero apenas me distraigo un momento, regresa corriendo, me levanta de la cama con demasiada facilidad «¿Él es fuerte o yo de verdad soy una pulga?» después me lleva hasta el baño, y cuando estamos en la ducha, dice:

-Te dije que obtengo lo que quiero.

-¿Y qué pasa si yo no te dejo?-, lo reto y él sonríe.

-Eso no va a pasar.

-¿Por qué?-. Poniendo una mano en mi espalda, me atrae hacia él.

-Porque no puedes evitarlo-, dice juntando sus labios a los míos para después quitarme su camisa y mi ropa interior, dejando mis pechos y mi intimidad al descubierto.