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capítulo 1

Corrí escaleras abajo para preguntarle a mi mamá si había visto la maleta grande que solíamos ocupar para viajes largos en los que era necesario llevarse la mitad de tu hogar, cada vez estaba más cerca la fecha en la que sería considerada oficialmente como alumna, debía mudarme a las habitaciones pequeñas de aquella escuela ya que sería mi hogar por los próximos 3 años más o menos. Bueno si todo salía bien.

El Internado de Santa Cecilia fundado a finales del siglo XIX, era la escuela probablemente más conocida de la región. A cualquier persona que le preguntaras qué opinaba de aquella escuela te diría que lo mejor de aquel lugar era su sistema educativo era de conocimiento de general que todos los alumnos que salían de aquel internado hoy en día eran grandes empresarios pues el salir de este lugar te aseguraba una buena universidad para tu futuro, otros opinaban que lo mejor eran sus grandes ceremonias por lo que la gente decía solía haber un baile al finalizar el año en honor a los graduados, también podrías escuchar comentarios sobre sus increíbles instalaciones y ese aspecto antiguo (lo cual era mi parte favorita) que mantenía a pesar de los años .

Cuando llegué a la cocina vi a mi mamá moviendo el guiso del sartén, mi hermana menor Alana viendo su teléfono sentada en la silla que estaba cerca de la ventana.-Catherine-dijo mi mamá en mi dirección- ¿Ya has preparado tus maletas?.

- Mamá tranquila aún quedan 3 días hasta que me vaya no hay prisa por unas maletas -dije mientras movía mi mano restándole importancia al problema.-pero igual quería preguntarte ¿si no habías visto la maleta azul?, la grande que usamos para viajes largos, las que tengo ya están llenas- mientras decía eso camine hasta la mesa para sentarme al lado de mi hermana. Alana era una de las personas mas importantes en mi vida prácticamente haciamos todo juntas, solo era 3 años menor que yo lo cual hacía que nos llevemos de maravilla, claro teníamos nuestras diferencias de vez en cuando pero nada que a los minutos no se resolviera. Ella era tan parecida a mi pero a la vez tan diferente. Yo me consideraba una persona tranquila y centrada en mis asuntos, realmente mis padres casi nunca me reprochaban algo mientras que mi hermana parecía poder hacer desastres al mismo tiempo en 2 lugares completamente diferentes.

Una vez que estuve sentada empuje a mi hermana para molestarla, así era nuestra relación podíamos ser amorosas un momento y a los minutos estar enojada con la otra por algo pequeño e insignificante.

-¿Entonces me puedo quedar con tu habitación?- dijo Alana, mientras alargaba la "E". Desde la última vez que hablamos en familia sobre mi pequeña mudanza temporal ella había estado insinuando que una vez que yo me fuera ella se quedaría con mi habitación pues según sus cálculos que había hecho la mia era mas grande que la de ella.

-Ni siquiera lo pienses- le dije retando con la mirada- Cuando regrese para las vacaciones o festividades ¿donde me quedaré?- no era solo una excusa barata para evitar que no usara mi habitación, mamá había hablado conmigo sobre regresar a casa para las vacaciones de navidad y yo acepté su condición que también incluye llamarlos todas las semanas para saber de mi estado.

-Esta bien gruñona-agregó ella entre dientes.- ¿Crees que por fin dejarás de estar tan sola?.

-¿Perdona?- dije volteando mi rostro hacia ella a una velocidad que estoy casi segura podría hacer daño- Yo estoy perfectamente sola- agregue algo orgullosa.

-Si tu lo dices- me dijo.

-Niñas dejen de pelear, Catherine ayuda a poner la mesa, Alana llama a tu padre ya es hora de comer.

Tiempo después de que todos nos sentamos a comer, mis padres hablaron de cómo irían a ayudarme a instalarme en mi habitación de la escuela, yo les había dicho que no era necesario y que yo era capaz de hacerlo perfectamente, claramente ellos no cambiaron de opinión y decidí ceder para no hacer mas grande el asunto.

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