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Capítulo 3

Abrí la puerta de mi habitación, me sorprendió ver a una chica ahí, para ser sincera pensé que nunca llegaría, era una chica de piel bronceada, cabello negro largo y lacio, era muy linda la verdad. Se movía de un lado a otro, no había caído en cuenta de que estaba ahí de pie en la puerta, traía unos audífonos mientras cargaba unos cuantos libros tratando de ordenarlos en un librero que había en la sala. Cerré la puerta y saludé- ¡Hey hola!.

La chica morena se quitó los audífonos primero tenía una cara de sorprendida puesto que no sabía de mi presencia, luego se me acercó con una sonrisa agarró los libros con un solo brazo y la otra que tenía libre me la extendió.

-Hey creo que eres mi compañera, soy Harper ¿Cuál es tu nombre?.

-Hola. respondí mientras tomaba su mano con la que me dio un pequeño apretón - Soy Catherine.

- Oh bueno, ya he acomodado algunas de mis cosas, ¿Ya has cenado? pensé en que podríamos comer galletas que mi madre me ha enviado.

-Mmmm bueno no tiene mucho tiempo que comí con mis padres pero no puedo decirle que no a unas galletas- solté una pequeña risa, esta chica ya me caía bien y apenas habíamos entablado una pequeña conversación.


El sonido irritante de mi alarma me despertó por la mañana, agh odiaba tanto ese sonido chillón que a cualquiera le rompería los tímpanos pero lamentablemente era el único sonido que escuchaba, si tenía el sueño muy pesado y no había nada que me sacara de mi cama por las mañanas. Bueno Catherine es tu primer día no falles, ja eso hubiera sido fácil si no hubiera apagado la alarma y me hubiera vuelto a dormir, ahora solo le quedaba media hora, mierda realmente debía apurarme.

-¿Catherine ya estás listas?- preguntó Harper desde el otro lado de la puerta de mi habitación.

-Ya casi- respondí, aun estaba peleando con la bota negra que al parecer no quería ayudarme a llegar temprano, después de empujar mi talón contra el piso finalmente entró a la fuerza, solo cepille rápidamente mi cabello y lo amarre con un listón que combinaba con mi falda de cuadros que era parte del uniforme.

Caminé junto a Harper hasta el edificio principal del campus que es donde se impartían las clases, llevábamos nuestras mochilas con nuestros útiles y mientras nos apresuramos a caminar comíamos un sándwich que estábamos compartiendo. Una vez que llegamos nos detuvimos a apreciar aquel lugar, eran grandes pasillos y en las paredes se podían ver reconocimientos de la escuela, imágenes de los directores antiguos, maestros y alumnos de excelencia, también habían fotos de cada generación de alumnos que había pasado por aquellas aulas, pinturas decorativas y una gran vitrina donde estaban los trofeos de generaciones anteriores se guardaban.

-Tengo ciencias en estos momentos en el aula 205, ¿A cual vas tú?-preguntó mi compañera.

-Mmm déjame ver- encendí mi teléfono y entré a mi galería para ver mi horario- Tengo literatura en el aula 113.

-Me gustaría ayudarte a encontrar tu salón pero no se donde esta el mio así que correré, no quiero empezar el año con el pie izquierdo- exclamó, me dio un abrazo mientra me deseaba suerte.

Camine por los pasillos un poco perdida tratando de encontrar mi lugar, de repente sentí como alguien tocaba mi hombro, voltee y vi a aquel chico castaño enfrente de mí otra vez, esta vez que nos encontramos más de cerca, a esa distancia podía ver el color de sus ojos, era un tono de café hermoso, su uniforme le quedaba realmente bien, era un pantalón café, una camisa blanca de botones y lo combinaba con una gabardina de un tono café más claro.

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