𝑴𝒐𝒓𝒏𝒊𝒏𝒈𝒔𝒕𝒂𝒓 [𝑫𝒓𝒂𝒄𝒐 𝑴𝒂𝒍𝒇𝒐𝒚] +𝟏𝟖

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Dania.

Estacione mi motocicleta y quite el casco para ponerlo bajo mi brazo y comencé a caminar hacia la entrada de la mansión.

Un elfo me abrió y me llevó hasta la misma mesa de ayer, grande y donde habían varias personas hablando entre ellas.

—Señorita Morningstar, la estábamos esperando —sonrió Lucius e hizo una seña de que me sentará en la punta donde anteriormente estaba él, me senté y deje el casco en la mesa— bien... ¿Ya tomó una decisión?

—Si —conteste— los ayudaré... Pero sabes que mi ayuda tiene un precio —lo mire directo a los ojos haciendo resaltar mas mi brillo rojo y sonreí maliciosa al verlo tragar saliva, no tendría preferencias a la hora de hacer tratos, lo conozca o no, pagarán el mismo precio— más adelante lo cobraré, pero puedes estar tranquilo, aún no me llevaré tu alma —él soltó el aire que estaba conteniendo y sonrió nervioso.

—Bueno, entonces cuando tengamos todo correcto el plan, te contactaré para explicarte lo que haremos —yo asentí— muchas gracias señorita Morningstar —yo me levante y estrecho mi mano, yo sonreí con malicia y luego de una última mirada, comencé a caminar hasta salir del salón.

Subi las escaleras y fui hasta la habitación de Draco ya que ayer había olvidado mi anillo en su mesa de noche, al entrar en la habitación el olor a su perfume golpeó mi nariz deliciosamente, extrañaba ese olor, sacudi mi cabeza para quitarme esos pensamientos y comencé a buscar el anillo pero no lo encontraba.

—¿Buscas esto? —dijo una voz y me gire, ahí estaba Draco con mi anillo en su mano, yo lo mire sin expresión y fui hasta él.

—Si, dámelo —estire mi mano en señal de que me lo entregará.

—No —soltó y rodé los ojos, avance hasta la puerta pero Draco la cerró evitandome salir y apegando su espalda a la puerta para que no la abra— ¿Te iras así como si no hubiera ocurrido nada ayer?

—No ocurrió nada ayer —respondí.

—Repitelo hasta que te lo creas o al menos hasta ponerme duro  —dijo con sus ojos voraces y mordí mi mejilla interna para que esas palabras no me afectaran— Dani, se que aún sientes algo por mí, y aun que trates de negar lo que ocurrió, sabes que es verdad, por que si paso —yo suspiré con exasperación.

—Bien, si, lo acepto, pero no se ignifico nada, solo fue una follada mas —hable con seguridad.

—No fue solo "una follada más" —hizo comillas con sus dedos— tu también sentiste esa conexión, sentiste las descargas que teníamos al rozar nuestra piel, sentiste como complementabamos perfecto cuando entre en ti y te hice mía una vez más... — corrió un mechón de mi cabello detrás de mi oreja—  Y sabes que no será la última, por que me extrañas.

—No te extraño —respondí.

—¿Segura? Porque ayer, tu cuerpo decía lo contrario.

—¿Y que decía, según tu? —enarque una ceja.

—Que extrañas mis caricias, mi lengua dentro de ti devorandote por completo, mis gemidos, mi cuerpo, yo dentro de ti follandote, mis besos, que te vuelves loca con sólo un toque mío —murmuró lentamente con voz ronca y avance hasta él y acerqué mi rostro al suyo a solo unos centímetros mirando sus ojos grises y rozando su cuerpo con el mío y con mi mano roce su pecho con mi dedo índice hasta su entrepierna.

—Creo que el que se vuelve loco con solo un toque... Mejor dicho, un roce mío, por que no te he tocado, eres tu —murmure con burla al sentir como su miembro comenzaba a despertar y apretó la mandíbula.