𝑴𝒐𝒓𝒏𝒊𝒏𝒈𝒔𝒕𝒂𝒓 [𝑫𝒓𝒂𝒄𝒐 𝑴𝒂𝒍𝒇𝒐𝒚] +𝟏𝟖

11

Me desperte por los rayos de sol que se colaban por la ventana de mi habitación y me di cuenta de que un rubio me abrazaba. Quite su brazo que rodeaba mi cuerpo, para poder ir a cerrar la cortina, me senté en la cama para estabilizarme.

—¿Donde vas? —preguntó y me gire, tenía el cabello despeinado y los ojos entrecerrados.

—Voy a cerrar la cortina—dije y me levante sintiendo la incomodidad que estaba en mi zona baja, camine un poco y cerre la cortina.

—¿Que hora es?

—Deben ser como las siete de la mañana.

—Hay que ir a clases —dijo y asentí.

—Me iré a duchar, nos vemos en clase —dije y entre en el baño.

Me quite la camiseta y entre en la ducha dejando que el agua tibia se llevara los restos de chocolate que aún permanecían en mi cuerpo.

Tenía los ojos cerrados y el agua caía por mi cabeza cuando sentí una presencia detrás de mi que paso su manos por mi cintura hasta mi abdomen.

Gire mi cabeza hacia un lado para ver de reojo y era Draco Malfoy.

—¿Que haces? —pregunté.

—Ducharme —respondió sencillamente— tengo chocolate por todo el cuerpo.

—Hm... —jadee cuando su mano comenzó a bajar lentamente causando estragos en mi interior.

Cuando su dedo ingresó en mi, presionando mi clitoris, eche mi cabeza hacia atrás soltando gemidos entrecortados.

El agua aún caía por mi cuerpo mientras su mano seguía en mi, con movimientos tortorusos pero increíbles.

Comenzó a besar mi cuello y a moderlo levemente. Su boca llegó a la mía y la devoró ahogando los gemidos de placer que salían de esta.

Mordió mi labio inferior tirando de él y solté un último gemido en sus labios llegando al clímax. Si no fuera por que su mano estaba en mi cadera sujetandome, ya estaría en el suelo porque mis piernas comenzaban a fallarme.

Me gire y lo bese, el puso sus manos en mi trasero y lo apretó, sentía su erección a la altura de mi cadera por lo que baje mi mano hasta esta tomando el falo y comencé a masturbarlo lentamente.

El soltaba pequeños gemidos en mi boca y apretaba mi trasero. Me separe de él y me arrodillé frente a su erección que permanecía dura como roca.

Succione la punta y soltó un gruñido, pase mi lengua por todo el falo y lleve una de mis manos hasta sus testículos y pellizque uno levemente, el soltó un gemido y puso una mano en mi cabeza.

Ingrese lentamente todo en mi boca, o hasta donde pude y ladee un poco mi cabeza para que entrará mejor.

El aún con su mano en mi cabeza comenzó un vaivén, penentrando mi boca y gimiendo. Su estómago se tenso y antes de que pudiera terminar, me levanto y me apego fuertemente contra el vidrio de la ducha.

Mis mano quedaron contra el vidrio al igual que mi mejilla izquierda, él tomó mis caderas y en un rápido movimiento entró en mi, ambos soltamos un gemido por la intromisión.

Sin darme tiempo a acostumbrarme al tamaño, comenzó a moverse fuertemente dentro de mí. Yo gemia contra el vidrio y él en mi cuello.

Cuando ambos alcanzamos el clímax el mordió mi hombro sin llegar a hacerme doler y yo solté un grito de extasis mientras sentía esa cálida sensación de mi vientre desvanecerse lentamente y el me llenaba de su calidez.