ᵃⁿᵈᵃʳ ᶜᵒⁿᵐⁱᵍᵒ - ᵛᵉʳᵃᵒᵃˣ -

Capitulo 4:

Trabajo:
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Una semana había pasado desde que confesó sus sentimientos por Veracruz a Tabasco quien le pidió un tiempo para procesarlo.

Ja, era un puto genio, incluso Tabasco no sabía que tenía sentimientos por Veracruz.

Sentía que su tranquilidad terminaría pronto, malas noticias, esperaba que nadie más se enterada de lo que sentía por Veracruz.

Su trabajo matutino lo estaba estresando, joder necesitaba un cigarrillo pero no era hora de sus vicios, necesitaba terminar toda su documentación así por fin, tendría tiempo libre el tiempo libre que tanto anhelaba.

Tiempo después ya tenía terminado mas de la mitad, hasta que más trabajo se fue acumulando poco a poco, más estresado y abrumado no podía estar, deseaba regresar a ese dia tan hermoso en el que se encontraba disfrutando de las estrellas al lado de la persona que amaba.

Así fue toda su semana, casi no salió de la maldita oficina que comenzaba a odiar, le quitaba el tiempo que necesitaba para apreciar la belleza de Veracruz.

Mundo, ya tengo mi tiempo ocupado, ¿Por qué me haces esto?.

Lastima, Veracruz tenía que esperar, lo importante ahora eran los documentos del demonio que nunca terminaban, eso era lo peor que se había imaginado.

Sus ojos comenzaban a dolerle y no solo eso, sino también las demás partes de cuerpo, estar sentado casi todo el día en la misma silla dañaba su salud, ya estaba demasiado viejo para esa clase de cosas y de vida.

Inesperadamente Tabasco entro por la puerta de su oficina completamente sorprendido por la vista que tenía.

Un montón de documentos estaban apilados, en medio de todos ellos se encontraba un cansado oaxaqueño, todo ojeroso por cierto.

— Wow... Me preguntaba dónde había terminado toda la documentación — entro sin una invitación tratando de no desordenar nada —

— ese maldito México me encargo todo... O la mayoría — se quejo dejando de lado su trabajo, ya estaba harto —

— Bueno, eras el único que estaba cerca... Ya veo porque todos corren cuando lo ven llegar al palacio de gobierno —

— No me dió tiempo de huir, así que me termino atrapando —

— Parece que no tienes suerte esta semana —

— Para nada, todo a sido horrible, no he dormido por una semana también casi no he comido, tengo que terminar esto antes de mañana —

Estaba irritado y de mal humor, no hacía falta preguntar.

— ¿Crees poder terminar? —

— Obvio, si no, ya no me llamaré Oaxaca —

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Debió pedir ayuda, dejar de lado su orgullo ¡Estaba estresado al máximo! Agh, genial, como disfrutaba eso.

Aún quedaba una gran parte del trabajo sin terminar, se moría de sueño, su cuerpo ya no funcionaba bien.

Por la puerta vio pasar a un preocupado Veracruz que observaba toda la habitación confundido.

Oaxaca cabeceaba tratando de no quedarse dormido, Veracruz al verlo parecía más preocupado y ¿Nervioso?.

— ¿Estás bien? — preguntó Veracruz suavemente posando su mano en su hombro —

— Claro, solo un poco cansado — la palabra poco se quedaba corta. 

Veracruz seguí nervioso viendo la situación y más cuando dirigía su mirada a Oaxaca, Oaxaca de verdad se notaba muy casado, dejando de lado sus ojeras, la esclerótica de sus ojos se notaba de un colo rojo mostrando que ya necesitaban descanso urgentemente, su cabello chino estaba muy despeinado y enredado, más de lo normal, también se le notaba pálido, quizá no había comido en un buen rato.

Veracruz conocía el carácter de Oaxaca, si le preguntaba si quería ayuda lo más probable era que respondiera "No, no es demasiado, yo puedo solo".

Su cuerpo se movió en dirección a la silla de Oaxaca, Oaxaca casi se queda dormido pero por la repentina acción de Veracruz despertó rápidamente.

— ¿Qué haces? — su voz salió muy bajita, sorprendiéndolo —

— Nada, tu sigue con tu trabajo — sonrió antes de posar sus delgadas manos en los hombros tensos de Oaxaca.

Todo su cuerpo se tenso al sentir las manos de Veracruz, trato de relajarse, para continuar, así que despidió ignorarlo, quería ser la pareja de Veracruz pero en esos momentos no tenía cabeza para coquetear o hacer otra acción.

Las manos de Veracruz muy habilmente comenzaron a hacerle un masaje, Oaxaca suspiro aún concentrado en su trabajo.

— ¿Cuando aprendiste a hacerlo? — preguntó, su voz se notaba más relajada —

— Hace algunos años, a veces necesitaba un descanso de todos los pendientes así que lo tome como un pasatiempo, sabía que me sería muy útil a futuro — confesó sin dejar de mover sus manos.

Oaxaca se sentía muy bien, a veces soltaba suspiros, Veracruz lo estaba ayudando demasiado, ahora se sentía muy relajado.

Así su cuerpo poco a poco se fue apagando, quedándose dormido en el escritorio, en sima de los papeles.

Veracruz sonrió de una manera muy orgullosa, ahora sí podría ayudar a Oaxaca con el trabajo restante mientras esté dormía, su primer trabajo fue terminar de acomodar los papeles despejando el sofá de la oficina.

— Perfecto — exclamó feliz antes de observar en dirección del escritorio, Oaxaca aún continuaba durmiendo, casi como un tronco, todo el trabajo lo había agotado a tal punto que no se despertaría ni con un terremoto —  Ay Oaxaca — suspiro caminando lentamente de regreso al escritorio.

Oaxaca descansaba tranquilo, su respiración era igual, se notaba tan en calma, casi como si hace algunos minutos no se estuviera muriendo del estrés.

Sus pestañas cortas chocaban con sus recientes ojeras, el sol que entraba por las persianas hacia que su figura se viera mucho mejor, antes de mover a Oaxaca la sofa, saco su teléfono y le tomo muchas fotos en diferentes ángulos.

Su rostro mostraba un leve rubor mientras regresaba su teléfono a su bolsillo, después se dispuso a cargar en cuerpo de Oaxaca y moverlo al sofá. Inmediatamente Oaxaca se acurrucó en sus brazos, parecía que en ellos se sentía en paz y seguro o al menos esa sensación le dio a Veracruz que lo depósito segundos después en el sofá gris.

Ese día no sabía si fue ilusión de su cansado cerebro o si realmente las cosas sucedieron.

Oaxaca despertó confundido, sus papeles ya se habían entregado, incluso comenzaba a anochecer.

— Veracruz... — susurro.

Salió de la oficina tiempo después aún confundido, ¿Había terminado su trabajo y se durmió tiempo después? O.... ¿Veracruz lo había ayudado?
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El autor tiene algo que decir:
Los dos son muy ciegos QAQ