Capítulo 15

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Oaxaca suspiró.

El viento hizo acto de presencia removiendo sus cabellos rizados, chocando con su cálida piel haciendo que poco a poco se volviera más fría.

Habían pasado dos semanas desde que decidió internarse en cierto lugar dentro de su territorio.

Tal vez no fue la mejor decisión elegir un lugar turístico pero nadie imaginaria que se fue a uno de los lugares con un clima diferente, era más templado por lo que, solía hacer más frío.

Tenia suerte de tener una cabaña en un lugar más alejado, podría disfrutar de la tranquilidad ahí.

Sin nadie molestando e interrumpiendo.

Un gran cambio en su vida, no estaba acostumbrado a tal "soledad" y silencio. Sin embargo, no le molestaba para nada, lo cual lo hacía más extraño.

En los días que llevaba en ese distante lugar había adoptado unos nuevos hábitos.

Con el regreso de México, podía enviar su trabajo a larga distancia y no había problema, comprendía la situación y agradecía eso.

De vez en cuando Loma Bonita se daba una vuelta por la cabaña, aparentemente preocupado por su salud mental, ya que al aislarse repentinamente podría ser un gran cambio pero Oaxaca no tenía ningún problema con esto.

Bueno, no solo él iba a darse la vuelta, sino otros municipios cercanos.

A veces se preguntaba desde cuándo esos niños se habían interesado en su salud y estaban al pendiente de él.

— Oh, claro, desde ese incidente.. — suspiró recordando uno de tantos desastres en el que había ayudado a casi todos.

De no ser por él, quién sabe que hubiera sucedido.

Tal vez la mayoría estuvieran muertos.

Pero no era momento de pensar en el pasado, me estaba pensar en ¿Que haría?

De manera apresurada y por su impulsividad se terminó llendo de la hacienda, debían de tener muchas preguntas pero más importante, eso era una pista muy importante de que Veracruz le gustaba, mejor dicho, ¡De qué estaba enamorado!

¡Mierda, Mierda, mierda!

Si que era un tonto.

Reveló más de lo que debía y ahora Veracruz debía saberlo.

¡Que pendejo!

¿Cómo volvería a verlo a la cara sin sentirse avergonzado?

— Oaxaca... — la voz de su capital lo sacó de sus pensamientos.

Volteo a ver en esa dirección y preguntó:

— ¿Qué te trae por aquí? Antequera...

En la familia oaxaqueña era raro llamar a la capital por su nombre, aparte de que era muy largo, se habían acostumbrado a llamarlo de esa manera.

— ¿Estás seguro de querer seguir aquí? Digo... Es demasiado sospechoso...

Oaxaca suspiró de nuevo, también lo sabía.

— Antequera... — llamó e hizo una breve pausa — tratar con un corazón roto es una de las cosas más dolorosas y difíciles de hacer — volteo a ver al paisaje de un verde muy denso gracias a los pinos — Aún no he tratado bien con mis pensamientos, mucho menos con mi corazón...

perbel

Oaxaca volteo a ver a la capital, quién se calló en seguida.

— hace tiempo no hablabas así...

ᵃⁿᵈᵃʳ ᶜᵒⁿᵐⁱᵍᵒ - ᵛᵉʳᵃᵒᵃˣ - Donde viven las historias. Descúbrelo ahora