Ghost Story

Capítulo 6

Draco Malfoy
16 de diciembre del 2002.

Si cierro los ojos y no me muevo aun puedo sentir su cálido aliento golpear mi oreja, palabras susurradas en el amanecer de un día ya muy lejano, la forma en que cuerpo rodea el mío brindando seguridad, la certeza de que todo saldría bien, pero la vida nunca es fácil. Tomo una profunda respiración y abandono el hilo de mis pensamientos, él no está aquí conmigo, no me vera caminar al altar y claramente no será él quien me espere, fue difícil imaginarlo antes y hoy es imposible.

Las cortinas se abren de forma rápida, sé que es mi madre que ha ordenado a algún elfo domestico despertarme. El día llego, no hay atrasos, ni vueltas atrás, ya no se puede hacer nada, solo rogar que haya tomado las decisiones correctas.

Tomo una ducha larga y elimino con ella mis emociones, mi expresión debe ser todo el tiempo controlada, una imitación pobre de felicidad. Mi cuerpo tiembla levemente mientras me cambio, no sé si son las secuelas del agua helada o si mi cuerpo sospecha lo que le pasara. Posó mi vista en un espejo, que me veo bien es innegable, aunque siento como si me vistiera para mi funeral y no mi boda.

Un traje negro, el único toque de color es una corbata esmeralda, todos de seguro creerán que es honor a mi vieja casa en Hogwarts, pero no, es en honor a él, a la persona que me enseñó el amor, y la única persona que no podría tener en esta vida.

En realidad el color no hace justicia a esas esmeraldas perfectas, es lo más cercano que conseguí.

—Huye conmigo —dijo esa noche dejando besos en mi cuello, su erección me golpeaba fuerte una y otra vez en ese punto que me hacía delirar. Se detuvo un instante y levanto sus ojos esperando una respuesta.

—No puedo hacerlo, lo siento —la mirada de decepción me dolió, unió nuestros labios y me besó necesitado, no hubo más palabras esa noche.

Mi corazón me regaña diciendo que debí decir que si, que ya estaríamos a kilómetros de distancia en alguna isla tropical, mi conciencia por otro lado me recuerda que eso solo acabaría en tragedia, que juntos pero probablemente muertos.

Luzco un porte soberbio cuando salgo al jardín, me cruzó con los periodistas y les doy mi mejor sonrisa. Palabras vacías que salen de mi boca al contar lo emocionado que estoy, es ridículo. Hago la entrada al altar, mi mirada viaja hacia los invitados, gran parte de la población mágica está presente, todos quieren ser testigos de la boda del año, hasta los Weasley fueron invitados a pesar de lo ocurrido con Ginevra semanas atrás, pero ella eligió no venir, una sabia decisión.

Mi madre tiene una mirada triste que disimula al ver que la observó, el malestar crece en mi estómago y empeora al ver a Lucius, que si se percibe feliz.

—Eres un maldito cobarde, te importa demasiado la opinión de tu padre y nunca podrás ser feliz Draco.

— ¡Por favor Potter! como si fueras capaz de dejar a Weasley, esa es la valentía de la que hablas.

—Solo pídelo, Draco, y sabes que lo hare. —El resoplo conociendo la respuesta que le daría—, mucha suerte, que seas feliz en tu estúpido matrimonio.

— ¡Espera! —Su mirada me hizo quedar en silencio.

— ¿Qué? Me aburrí Draco, no pienso ser tu secreto, el amante oculto mientras sales en la portada con tu esposa.

— ¿Ese es tu amor por mí? —no respondió y me dejo allí solo con mil dudas, meses más tarde aparecía la noticia de su muerte en los periódicos.

Los invitados se levantan y Annie aparece en la entrada, luce preciosa en ese vestido, al verme algo cambia en su expresión, seguro esperaba que me arrepintiera.