Capítulo 7: Legado Villano

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Nix entreabrió los ojos medio muerta de su cama, tras reincorporarme en ella como pudo, sintió como la madera roñosa crujía con cada uno de sus minuciosos movimientos y, con la resaca que llevaba encima, sentía un pinchazo en la cabeza con cada un...

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Nix entreabrió los ojos medio muerta de su cama, tras reincorporarme en ella como pudo, sintió como la madera roñosa crujía con cada uno de sus minuciosos movimientos y, con la resaca que llevaba encima, sentía un pinchazo en la cabeza con cada uno de los dichosos sonidos.

Solo recordaba que se fueron de fiesta lo que quedaba de noche. Necesitaban celebrar su gran avance; que Yen Sid estaba casi a punto de caer en sus garras después de tantos años sin verle el peluquín. En plena fiesta en el acantilado, se unieron los piratas de Harry y Uma, que a pesar de tenerle cierto rencor por su aplastante fracaso, Nix decidió crear una tregua por la misma celebración. Había que descansar un poco de tanto odio y más si se trataba de emborracharse hasta perder la noción del tiempo. Ella tenía muy claras sus prioridades.

Tropezó con una botella vacía de lo que parecía Flotsmeister y no se acabó cayendo de milagro de boca contra el tocador. Probablemente lo haya traído Uma, ya que pese a todo había que admitir que el alcohol que siempre traía a las fiestas era un éxito. Estaba muy bueno y subía muy rápido.

—Vaya, hoy te has levantado pronto —escuchó una voz suave de buena mañana, en la cocina.

—No sé ni como he llegado a casa... —le contestó a su hermana, mientras sacaba de la nevera algo para comer que le llenase un poco—. ¿Al final descubristeis algo más?

—Sí, Yen Sid se escapa por las alcantarillas cual rata sucia que es- le comentó pasándole un vaso de leche cortada—. Y necesitamos unos planos de la biblioteca del Palacio del Dragón para poder pillarlo desprevenido...

—Por qué me da que es una indirecta... —le soltó Nix fulminándola con la mirada, ya que así le dolía menos la cabeza y seguido bebió la leche cortada del tirón.

—Te toca ir a buscar los planos, te recuerdo que a ese sitio solo acceden los alumnos reconocidos del instituto o el propio Doctor Facilier.

«¿Y por qué no va ella?», pensó Nix agobiada, Derneris era una ex-alumna reconocida con una nota elevada, o eso ponía en su diploma de Villanía que tenía colgado cerca de la puerta de su habitación. En cambio Nix, dejó de asistir desde quinto año.

—Sí, claro, pero te recuerdo que yo no soy una alumna reconocida, dejé de asistir desde los catorce años —le continuó el juego de palabras—. Y tampoco soy bien recibida, los villanos adultos de ahí no me soportan por haber dejado las clases. Aún no entiendo ni como se molestan en preocuparse por eso.

—Mira, solo tienes que intimidar un poco al Doctor Facilier y conseguir que te dé la llave para encontrar los planos, ves de mi parte, que yo si tengo el diploma de Villanía —le contestó marchándose de casa, no antes de seguir la conversación desde la puerta—. Mal lo consiguió y tú no serás menos que ella, ¿verdad?

Nix apretó el vaso algo molesta tras sus últimas palabras, siempre que necesitaba que le hiciera algún favor le tenía que estar comparando con Mal para avivar su furia interior. Eris sabía que era muy fácil de provocarla y más con ese tema. Aunque, en parte, entendía por que la mencionaba, ya hace tiempo, Mal y su grupo fueron a "charlar" con el Doctor Facilier, y decía "charlar" porque la peli morada acabó estrangulando al escuálido tarotista. Nix recordaba como Mal le contaba entre risas aquella historia. Necesitaban un viejo mapa secreto para acceder a la Fortaleza Prohibida de Maléfica y poder recuperar su cetro mágico. Una de tantas cosas que le había contado de sus viles aventuras.

Descendientes: Desquite en la Isla de los PerdidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora