XVI

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Llegaron a la fiesta Victoria se disculpó con los amigos dijo que no se sentía bien y se retiró al igual que César. Todos encontraron eso muy extraño pero no le dieron mucha importancia ya que estaban pasados de copas.

Victoria esa noche había ido a la fiesta en taxi ya que si tomaba de más ya no podría conducir y no quiso correr el riesgo.

César se ofreció a llevarla lo que ella no puso resistencia y aceptó. Ya eran las 12:30 de la madrugada todavía era temprano para Victoria volver a casa así que César se ofreció a llevarla a su nuevo departamento para que lo conociera.

—Vamos a mi departamento para que lo conozca, ya soy un hombre libre y me mude a un nuevo apartamento.

—Primero vamos por una botella de tequila y luego vamos.

— Está bien.

Victoria prendió la radio y estaba sonando la canción de Ana Gabriel.

~Siempre
Cómo ya es costumbre día a día es igual
No hay nada que decir
Ante la gente es así
Amigos simplemente amigos y nada más
Pero quien sabe en realidad
Lo que sucede entre los dos
Si cada quién llegando la noche finge un adiós
Cuanto daría por gritarles nuestro amor
Decirles que al cerrar la puerta nos amamos sin control
Que despertamos abrazados
Con ganas de seguir amándonos
Pero es que en realidad no aceptan nuestro amor ~

César voltea para mirar a Victoria.

— ¿Sabes algo?.

—¿ Qué?

— Está canción nos representa tanto.

Victoria lo mira.— Eso mismo estaba pensado. *Simplemente amigos y nada más*

— Pero quien sabe en realidad lo que sucede entre nosotros*

Cantaron la canción a todo pulmón regalándose sonrisas y miradas de amor.

Llegaron a su apartamento y César como todo un caballero le ofreció que entrara primero. —Ella le regaló una sonrisa y entró.

—Esta hermoso el departamento.

—Gracias, este será nuestro nidito de amor.

Ella lo mira con los ojos iluminados, una lágrima se le escapó.

— ¿Por que lloras no te gusto lo que dije?.

— No es que se escucha tan bonito, nuestro nidito de amor.

— Este será siempre nuestro nidito de amor. Se le acerca y le roba un beso suave con amor como si tuvieran todo el tiempo del mundo.

Se separaron por falta de oxígeno. César destapó la botella de tequila y se dispusieron a tomarla.

Entre hablar, pequeños besos y caricias se fueron las horas.

— César me tengo que ir mira la hora. Se para pero un pequeño pareo hace que vuelva a sentarse.

— Tu no te vas mira cómo estás. Los tragos están haciendo efecto.

Victoria se para todavía algo mareada. —Déjame ir por favor.

César la agarra por la cintura y deja besos húmedos en su cuello. — Y si no quiero.

— César por favor. Dice con la voz entre coartada por los besos húmedos en su cuello

César pasa su mano por la pierna descubierta la hace girar para quedar frente a frente Victoria suelte un pequeño jadeo, César sube su mano hasta su vagina descubierta y con un dedo frota su punto débil.

Saca su dedos de su interior y los lame, Victoria lo mira con los ojos lleno de placer, le baja el cierre del batido, la tela se deslizó por su piel cayendo al suelo quedando sus perfectos senos al descubierto, la fría brisa que entraba por la ventana golpeara su senos haciendo así que sus persones se pusieran duros como piedritas, los entra en su boca los chupa, lame y juega con ellos haciendo así que Victoria se sintiera tan bien que tiró su cabeza hacia tras, César cuando se cansa de jugar con sus pechos la recuenta con suavidad en el gran sofá y fue dejando besos húmedos empezó por el cuello y fue bajando hasta el ombligo, Victoria soltó un pequeño gemido el cual éxito más a César de lo que ya estaba.

Victoria le quita rápidamente la ropa solo necesita a César dentro de ella.— te necesito dentro- le decía entre besos y quitándole la ropa torpe mente.
— Sus deseos son órdenes mi reina, introdujo su pene en erección con suavidad.— Eres tan estrechita mi amor- le decía al oído con la voz llena de placer.

—Toda tuya mi amor.

César empezó a moverse con más fluidez cuando la vagina de Victoria ya se había adaptado al gran tamaño de César. Cada vez se movía más rápido Victoria gemía cada vez más algo, César gruñía más alto, no sé si minutos, segundos o quizás horas llegaron a un maravilloso orgasmo con sus cuerpos sudados y pegajosos cayeron uno arriba del otro.

— Fue maravilloso como siempre que hacemos él amor mi vida.

— Te amo tanto.

Victoria le regaló unos cuentos besos más antes de quedar dormida entre sus brazos.

Victoria empieza a moverse, despertó y se encontró extraña que estuviera en la cama.— Como llegué aquí—dice entre sueño.

— Yo te traje amor—dándole un beso.

Perdón la tardanza mis niñas ya pronto le subiré el próximo capítulo las quiero mucho, no se olviden de dejar sus votitos y comentar lo que les precio 🤍✨

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