XIX

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— Tu sabes mi condición para darte el divorcio.

—Tengo pruebas que acreditan, tus negocios ilícitos con el narcotráfico, así que tu eliges, me das a mis hijos o te pudres en la cárcel... No quiero hacerte daño porque eres el padre de mis hijos pero no voy a permitir que te quedes con ellos... Igual mis hijos se quedarían conmigo

O hacemos las cosas por las buenas o por las malas — salió de alli sin dejar que Omar le contestará.

— Omar se quedó perplejo al escuchar lo que Victoria le acababa de decir.— Pero como se enteró y que tiene pruebas.

Victoria salió hecha un mar de nervios no sabía cómo reaccionaría Omar si le daría el divorcio y le dejaría llevase a sus hijos.— Llamó a Gaby y decidió contarle lo que acabada de decirle a Omar.

— Vicky te entiendo qué quieres a tus hijos contigo yo aria lo mismo, ojalá Omar reaccione y te dé a los niños igual no los cuidaría sabe que trabaja mucho y casi no esta en casa.

— Ojalá, no quiero que me quite a mis hijos pero tampoco quiero dejar al amor de mi vida estoy entre la espada y la pared.— Decía entre lágrimas.

— No llores, habla con César él te ama y hará todo por ayudarte.

— Esta bien, hablamos luego que los niños se acaba de levantar y tienen hambre, Chao te amo.

— También te amo, cualquier cosa estoy aquí.

— Gracias.— Victoria serró el teléfono se limpió las lágrimas cogio una bocanada de aire y fue hacia los gemelos.

— Hola mis amore.— los llenaba de besos mientras le hacía las mamilas.

Vio majar a Omar hablando por teléfono echo una furia, no pudo evitar ponerse nerviosa pero se controlo y siguió alimentado a los niños.

Omar estaba discutiendo con su abogado que como era posible que Victoria tuviera en su poder algo tan poderoso que pudiera acabar con su carrera como lo de los negocios ilícitos.

— La verdad no lo sé Omar, aparte de ser tu abogado soy tu amigo no estarás pensado que yo les facilite esos documentos.

— Mejor con no porque te saldría muy caro.

— ¿Me estás amenazando?.

— Tómatelo como una advertencia.— Le serró sin dejar que dijera cualquier otra palabra.

Omar volteo para ver a Victoria y la mirada que le lanzó, si la mirada matara Victoria estaría muerta.

Victoria le volteó la cara y siguió en lo que estaba con los niños.

—Jose Eduardo, puedes venir tengo que hablar contigo y ya cuando tus hermanos estén más grande pues le diré a ellos.

—¿Dime mama?.

—Vamos al jardín.

Ya cuando llegaron Victoria coge una buchanada de aire y le dice.

—Nos iremos de la casa tú tus hermanos y yo.

—¿Pero por qué mama?.-Dice con cara de confusión.

—Estás muy pequeño para entenderlo pero voy a tratar de explicártelo.

El solo asistió.

Simplemente amigos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora