Capítulo 3

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Después de dormir durante dos horas despierto contemplando el nublado cielo que se encuentra al otro lado de la ventanilla indicándome que el clima de la capital iraní no se encuentra en su mejor momento climático

El avión aterriza en una pista privada que se encuentra al norte de Teherán y salgo de este una vez terminado el protocolo dirigiéndome a una segunda aeronave que se encuentra al otro lado de la pista la cual está siendo preparada para el despegue por el personal de seguridad presente el cual me hace entrega de las llaves.

Subo al ave y me dirijo hacia la cabina ubicándome en el asiento del piloto y maniobrando los controles para iniciar la secuencia de despegue pidiendo los permisos requeridos a la torre de control aérea más cerca la cual me da luz verde.

Una vez en el aire pongo el piloto automático y ajusto la dirección de mi siguiente destino el cual es la ciudad costera de Bandar-e-Anzali ciudad sede y hogar ancestral de la hermandad de asesinos más antiguos de la humanidad donde el gran Hassan al-Sabbah sentó las bases de lo que somos hoy en día hace más de 1000 años.

El vuelo resulta más corto y menos agotador que el primero con una duración de una hora, aterrizo en otra pista privada y me tomo una camioneta negra de vidrios polarizados que espera por mí en dicho lugar y me transporta a través de la ciudad llevando a nuestra base que se encuentra en la campiña aledaña a la urbe.

Nuestro centro de operaciones aunque es un lugar viejo no puede estar más fuertemente asegurado tanto tecnológica como físicamente, y es que a pesar de que todavía nos apegamos a ciertas viejas costumbres es imposible no evolucionar, ya que los supervivientes no son aquellos que poseen mayor fortaleza, sino aquellos que se saben adaptar mejor al cambio.

El auto atraviesa la entrada principal en la cual le dan paso apenas lo reconocen abriendo las rejas y atraviesa el arco de entrada aparcando en el patio amurallado que está a continuación

El cual es utilizado también como lugar de entrenamiento para ciertas actividades y desde mi posición se pueden divisar los vigías en las torres de seguridad del recinto—como si a algún demente se le fuera a ocurrir la brillante idea de meterse en un nido de asesino—

Salgo del auto y me dirijo a la habitación del despacho personal de la persona que me convocó con la ira latiendo mi cuerpo ya que me arruino mis planes vacacionales—que fastidio—

Sin embargo mis planes se ven truncados con los dos cuerpos que se posan frente a mí cortándome el paso.

—El gran Dante D'angelo haciendo acto de presencia en nuestra humilde ratonera iluminando nuestro día con su magnífica presencia—dice Marco haciendo una leve reverencia de forma bufona logrando que lo acribille con la mirada.

—No lo molestes—dice Sara que se encuentra a su lado y le jala una oreja haciéndolo chillar sacándome una carcajada—después te quejas cuando no nos contacta—

Ellos dos son mis mejores amigos y una de las pocas cosas buenas que puedo decir que obtuve de este lugar.

—¿Dónde estabas y por qué no contestas los mensajes?¿ Eres manco o qué?—me pregunta marco tomando una posición erguida.

—¿A qué te refieres?, hace como unas dos semanas no sé nada de ustedes de echo ya se me hacía un poco raro el que no anduvieras molestando todo el tiempo,¿ Gía no te dio mi nuevo número de teléfono?

—No sé ni por qué me sorprendo, por supuesto volviste a perder tu teléfono, sería demasiado normal que alguien como tú que ni siquiera puedes mantener el miembro quieto dentro del pantalón también pueda mantener el celular—

—Aparte sabes cómo es Gía de acaparadora—dice Sara y como si hubieran hecho una invocación demoniaca siento un par de brazos que me abrazan desde atrás apretando unos generosos pechos contra mi espalda y inundando mis fosas nasales con ese meloso perfume que reconozco como la fragancia de mi purgatorio personal que se hace llamar<Gía> al mismo tiempo que pasea sus manos por mis pectorales.

Hermandad De SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora