Capítulo 9

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Diana

Caminamos por las calles de Trípoli, la capital de Libia en busca del terrorista objetivo de Dante el cual su contacto le dijo que se encontraba por esta zona.

Nos adentramos en la zona baja de la ciudad y caminamos durante media hora, Dante va delante de mi muy confiado, yo sin embargo tengo el miedo a flor de piel de solo ver las miradas que me dedican los hombres que circulan por estas calles o están sentados en las esquinas esperando a su presa del día.

Aprieto el paso y me pego a su espalda, sé que mientras esté cerca de él no me pasará nada malo.

Después de tanto andar nos detenemos a mediación de calle frente a un bar de mala muerte centro de reunión de maleantes y personas del bajo mundo.

—No te despegues de mí—

Me dice Dante antes de entrar<y puede estar seguro de que no pienso hacerlo>, me le voy a pegar como la mejor de las garrapatas.

Nos tomamos dicho lugar sin llamar mucho la atención y nos acercamos a la barra para sentarnos en uno de los bancos de esta que se encuentran vacíos, en el bar hay unas 8 personas a lo mucho ya que no es horario pico.

—¿Qué les puedo servir?—nos pregunta el hombre musulmán de edad un poco avanzada y sonrisa podrida.

—Algo de información—le contesta Dante.

El hombre pasa a mirarnos de manera intrigosa con destellos de nerviosismo en su mirada, imagino que debe estar acostumbrado a los clientes molestos y potencialmente peligrosos pero ni le debe de pasar por la cabeza quien es el hombre con el que está hablando.

—No sé nada que.......

El hombre cierra la boca inmediatamente al ver como Dante coloca suavemente una Beretta sobre la barra apuntando en su dirección.

—vamos a hacer lo siguiente—le explica Dante—yo voy a preguntar, y tú vas a responder, y en el momento en que te vea hacer un movimiento sospechoso aunque sea con un solo ojo te extermino a ti y a tres generaciones más de tu árbol genealógico.

El hombre traga grueso y asiente con la cabeza, gruesas gotas de sudor corren por su cara.

—¿Dónde puedo encontrar a Mohamed Jattar?—

—Yo no—trata de responder pero se detiene nuevamente con el sonido del seguro de la pistola que se acaba de desactivar.

Baja la cabeza en un gesto de miedo y derrota.

—Si no me mata usted, me matarán ellos por delatarlos—Dice a modo de súplica.

—si no me dices lo que quiero entonces te mato yo—Dante hace una pausa y se rasca la nuca con la mano libre—además puedo asegurarte que en el momento que me digas lo que necesito no va a quedar nadie que te quiera matar, tienes mi palabra.

Después de pensarlo un poco el cantinero empieza a soltar la lengua ante las preguntas de Dante dándonos toda la información que necesitamos para proceder, localizaciones, horarios, personas.

Es más inteligente de su parte soltar la lengua ahora y vivir un poco más para explorar opciones.

Definitivamente Dante sabe lo que hace y como lo hace, a mí nunca se me hubiera ocurrido buscar información en este lugar, después de todo las mentes criminales piensan iguales.

—Esta conversación nunca tuvo lugar y tú nunca me viste—advierte dante—créeme que si dices algo lo sabré y vendré a cumplir mi promesa.

Una vez terminado su repertorio de amenazas del día abandonamos el lugar y nos devolvemos al hotel en donde nos habíamos hospedado.

Hermandad De SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora