Capítulo 14

44 10 4
                                    

Dante

La música alta resuena en mis oídos, el alcoholo se desliza por mi garganta quemando todo a su paso y los argumentos que suelta Carlos sobre un estúpido tema político que me importan tres carajos me tienen a punto de arrancarle la tráquea solo para hacer que se calle.

La mano de Gia se desliza sutilmente por mi entrepierna en un intento de lograr intimidad y ignoro el gesto como he ignorado todas sus insinuaciones de la noche, prefiero fingir que no existe a tener que tratar con sus ataques de celos constantes, ya que aunque pasen los años no acepta que lo nuestro nunca fue serio, y tampoco planeo llegar más allá< demonios que no>

Uno de los sillones de la mesa se mueve y capto a Sarah que toma su lugar, no me di cuenta en qué momento se fue, tan sigilosa como de costumbre.

Mis ojos siguen su recorrido en busca de mi nueva presa favorita y capto su ausencia, dándome cuenta que desde que dijo que iba al servicio y hice acopio de toda mis fuerzas para ignorar el movimiento de sus piernas que me llamaban con una invitación a seguirlas no la vi regresar.

Maldigo por lo bajo y abandono mi sitio escudriñando el lugar, menudo guardaespaldas estoy hecho.

-¿Qué sucede?-pregunta Carlo.

-¿Viste para donde fue Diana?

Se encoge de hombros y niega con la cabeza< maldición>

-Estaba en la barra hace unos minutos-espeta Sarah y se lleva su bebida a la boca-yo que tú me andaría con cuidado, no estaba de muy buen humor que digamos-agrega con una sonrisa en los labios.

Camino con prisa hacia la barra buscándola por el sitio pero no la encuentro, aunque Florencia sea un lugar el cual relativamente tengo controlado no soy tan estúpido como para fiarme de eso cuando sé que alguien la persigue.

Recorro el lugar con la vista y me encamino a los baños de dama donde entro y reviso cada una de las gavetas sin detenerme a preguntar si están ocupadas o no.

-Fuera de aquí-escupe una pareja a medio vestir en una de ellas y me tira la puerta en la cara.

La ira me sube a mil y la maldita japonesa no sabe lo que le espera en el momento que la encuentre.

En la puerta del lugar me esperan Carlo y Sarah con el ceño fruncido y expresión preocupada.

-¿La encontraste?-Pregunta Carlo recabando aún más mi paciencia.

-Por supuesto que sí-respondo- ¿o es que acaso no ves que la traigo en los cojones?

Paso por su lado y le pregunto al barman que se encuentra en la mesa más cercana tratando de darle una descripción lo más parecida a su apariencia pero tampoco afirma haberla visto.

Llamo a Gia de su sitio para que nos alcance y comenzar a buscar por el lugar, esta maldita mocosa no se me puede perder en las narices.

La música cambia de ritmo a uno más fuerte y marcado, mientras la letra de la canción money de Cardi B llena el sitio seguida de los aullidos ensordecedores y los gritos de los que se encuentran en la parte baja del Club.

Camino hacia la baranda que tiene vistas al lugar seguido por la impresión del público y me quedo estático, los pies se me congelan en el lugar mientras mi cabeza procesa lo que mis ojos captan.

Diana está trepada en una de las tarimas del centro del lugar alrededor del tubo de Pool Dance derrochando cuanto movimiento sensual puede mientras todos los hombres del lugar están a su alrededor gritando obscenidades tirándole billetes a los pies como si fuera una ramera más del lugar.

Hermandad De SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora