Capítulo 4

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Diana

Me mantengo al lado del sexy espécimen llamado Dante mientras él trata de procesar la información que acaba de soltar su padre y al parecer como que no estaba informado ya que si las miradas mataran estaríamos tres metros bajo tierra.

—¿Es broma verdad? — pregunta serio

—¿Acaso ves que me estoy riendo?¿no verdad?

—Disculpa que te lo aclare pero no se me da hacer de niñera, ni tengo ínfulas de Nanny Mcphee así que encárgaselo a otro, no es como si solo dependieras de mí—dice y pasa a mirarme con una mirada acusadora como si yo tuviera la culpa de lo que está pasando.

—Te harás cargo de su seguridad y no se diga más—ratifica el padre y pasa a mirarme a mí que hasta ahora me mantengo como una simple espectadora—La señorita Mei partirá contigo y estará a tu cargo hasta nuevo aviso—

—Disculpe que lo interrumpa pero prefiero que me llame por el nombre de Diana, estoy más acostumbrada a él dado que he pasado la mayor parte de mi vida en Europa—digo y al igual que si hubiese activado un interruptor con mi voz Dante se vuelve hacia mí

—Ahhhh, entonces después de todo si sabes hablar, ya me temía que fueras muda y que sepas que no pienso hacerte de guardián, búscate a otro—intenta pararse pero antes de que lo haga le respondo.

—Yo simplemente fui enviada aquí para que me mantuvieran segura ni siquiera quería venir, y no es algo gratis ya que voy a pagar por ello, y mucho menos pedí que fueras mi guardián no te des tanta importancia que no la tienes—

—Escúchame bien prospecto de asiática, todo esto es demasiado sospechoso, empezando porque me dicen que debo de protegerte pero no me dicen de quien, y terminando porque lo que tú tienes de asiática yo lo tengo de virgen—

<Este maldito degenerado> retracto lo dicho en vez de un ser mitológico parece un puto ogro, ni Shreek le hace competencia con el mal humor, es un puto ácido.

Sin embargo lleva razón en todo lo que dice, ni se imagina de quien me tiene que mantener segura y mi apariencia no se parece en nada a la de una asiática.

—Diana es la nieta del Oyabun de la Yakuza—dice su padre haciendo que los dos miremos hacia él – hace un tiempo su abuelo me hizo un gran favor y es algo que le pienso compensar, además tu no decías que querías unas vacaciones, considérate liberado de tus deberes en este tiempo—

Termina de hablar y el ácido cítrico que tengo al lado se para encaminándose hasta la puerta, antes de abrirla se detiene a mirarme

—Oye tu proyecto de Saylor Moon, ¿necesitas una invitación o qué?

Escupe y en lugar de rebajarme a su nivel simplemente lo sigo

Dante

Salgo del despacho de mi padre con la ira palpándome en la sien y la sangre quemándome en las venas<que puta mierda es esto>, ahora me toca hacer de niñera de una cría, y es que no se puede caer más bajo.

No puedo tener un puto momento de tranquilidad y normalidad para disfrutar como una persona normal lo haría viajando a una playa paradisíaca, emborrachándose y cogiendo hasta más no poder.

Pero no, a mí me tiene que tocar esto y que se aguante al que no le guste porque es una orden, ya quisiera ver lo que va a hacer el día que este por debajo de mí, pienso cobrármelas todas y con intereses.

Camino recto por los pasillos del refugio sin prestarle atención a nadie ya que la paciencia en este momento no me da para nada, ella va por su equipaje y nos subimos al automóvil que me trajo hasta aquí haciendo el recorrido inverso a mi llegada hasta que llegamos a Teherán donde abordamos mi jet.

Hermandad De SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora