Capítulo 2

71 18 13
                                    

Después de una semana en los Emiratos Árabes al fin acabo de darle caza a mi objetivo y me dispongo a retirarme a mi humilde mansión ubicada en La Toscana italiana, el vuelo de más de cuatro horas hace que me empiece a doler el cuello y me dispongo a dormir, obligándome a descansar, pero ni siquiera el hecho de encontrarme en los cómodos asientos de primera clase de una de las aéreo líneas más confortables y estar mentalmente agotado hace que me venza el sueño.

Una buena cualidad que con el tiempo vamos adquiriendo los criminales y las personas del bajo mundo, y es que dormimos con un ojo abierto y otro cerrado —nunca se sabe cuándo la muerte puede estarte acechando— y en mi caso personal desconfío hasta de mi propia sombra.

Cuando se lleva mi estilo de vida tienes que cuidarte constantemente la espalda como si tuvieras ojos en la nuca, y es que aunque seamos una hermandad secreta siempre hay un hijo de perra que puede venderte por dinero.

Una vez aterriza el avión y recojo mi equipaje paso por los controles aduanales y salgo del aeropuerto directamente hasta el Rolls Royce Ghost negro que me espera y me deslizo por la puerta trasera acomodándome en el asiento.

—Buenas tardes Albert—Saludo a mi mayordomo de confianza que se encuentra en el asiento del piloto y me mira por el espejo retrovisor.

—Buenas tardes y bienvenido míster Dante, ¿vamos directo a la mansión?—

—Si por favor, no pude pegar un ojo en todo el vuelo, y no me digas míster, me estresas todo el tiempo con tanta formalidad—

Albert arranca el auto y nos desplazamos a través de la ciudad de Florencia en dirección a la que me gusta llamar mi humilde hogar pero en verdad es un palacete ubicado en las afueras de la ciudad, herencia de mi difunta madre la cual no tuvo la suerte de vernos crecer a mí y a mi hermano menor.

Sin embargo no nos dejó desamparados ya que nos heredó una inmensa fortuna con muchas propiedades alrededor del mundo, de las cuales solo conservé las más importantes y las otras las vendí junto con todos los negocios, debido a que gracias a mi labor no puedo mantener una vida pública por lo que solo me dedico a la inversión de capital en acciones en mi tiempo libre para así aumentar mis ganancias— no es que me haga mucha falta—tengo suficiente dinero para varias vidas y mientras más difícil sea de llevar a cabo el asesinato mayor es el precio que debe de pagar el contratista llegando a rayar en sumas multimillonarias en algunos casos.

Llegamos a la mansión y sin dar muchas explicaciones ni ordenes me enruto hacia mi alcoba situada en la segunda planta la cual sería demasiado grande para cualquiera excepto para mí ya que tengo como defecto los gustos caros los cuales me gusta auto complacer.

Tomo una ducha rápida me tiro en mi cama King Size dejando que el sueño me consuma y dándole a mi cuerpo el descanso que tanto me pedía.

------------------------------------------------

No se cuento tiempo pasó pero abro los ojos cuando siento una brisa fría proveniente de la ventana del balcón que se encuentra abierta y deja entrar los primero rayos del Alba obligándome a levantarme para tomar una ducha y empezar la rutina diaria que me gusta seguir cada que estoy en casa.

Salgo a trotar en el bosque privado que se encuentra alrededor de mi propiedad y después de recorrer unos 6 kilómetros hago un poco de ejercicio físico al aire libre, y retorno a la mansión donde ya me tienen preparado el desayuno en una de las mesas de la terraza que da al jardín.

Desayuno y después de tomar un largo baño en mi bañera de hidromasaje me encierro en mi despacho para para estudiar algunos movimientos de capitales y operaciones financieras que me ocupan el resto de la mañana y parte de la tarde sin darme tiempo siquiera para probar almuerzo.

Unos toques en la puerta me sacan del trance en el que estoy sumergido y esta se abre dándole paso a una de las pocas empleadas que trabajan en la casa la cual trae una charola con comida y jugo seguida de mi mayordomo que también hace acto de presencia.

—Su padre llamo esta mañana cuando salió a hacer ejercicio al bosque porque usted no contestaba su celular—dice y trato de no prestarle mucha atención—Hace unos minutos volvió a comunicarse y le dejo dicho que lo contacte en cuanto pueda—

Dicho lo dicho se enciende la pantalla de mi iPhone mostrándome la llamada entrante de mi progenitor que al parecer no sabe reconocer cuando es que alguien te está ignorando, la llamada muere y vuelve a repetir la misma acción haciéndome tomar el teléfono para llevarlo hasta mi oreja y contestar.

—¿Sera posible que no pueda tener tan siquiera dos días libres para follar libremente sin que me vengas a molestar?—le digo y escucho como toma una profunda exhalación al otro lado de la línea.

— Sabes muy bien que mando y dispongo de los miembros de la hermandad cuando quiero y se me da la gana, y como se me da la gana te quiero aquí para mañana en la tarde a más tardar, no pruebes mi paciencia—

Cuelga sin dejarme alegar y es suficiente para molestarme en lo que queda de la tarde, no soporto que otros me manden como se les da la gana, sin embargo aunque no tengamos la mejor de las relaciones le tengo cierto respeto porque es mi padre y el líder de la hermandad, y he de reconocer que él me tiene más paciencia a mí que yo a él, cualquier otro que ose hablarle de esa manera terminaría destripado como un venado de cacería ya que no está en el lugar que está porque nadie se lo regalara.

Termino de arreglar mis pendientes, tomo la cena y después de ver una de esas películas de superhéroes de Marvel me acuesto a dormir para despertarme temprano al día siguiente y prepararme para mi nuevo viaje.

Tomo una ducha rápida y me visto con un suéter negro de cuello tortuga acompañado con un pantalón clásico del mismo color ceñido a mis muslos y un gabán de color marrón claro para completar con mis gafas steampunk negras —me gusta la moda lo sé—siempre he tratado de verme bien, ya que cuando una persona se siente bien con su alma y con su cuerpo la mente llega a un mejor estado de equilibrio.

Y sé que no es que me las pueda dar de orgulloso reluciendo lo que hago sin embrago mentiría al decir que me afecta y no dejo que lo haga ya que si un hombre tiene conciencia sufrirá por su error y ese será su castigo al igual que su prisión.

Una vez preparada mi maleta me dirijo a la pista privada que se encuentra dentro de la propiedad de mi mansión donde me espera mi avioneta la cual nunca utilizo para mis misiones, prefiero pasar incomodidades que darle a cualquiera una pista de dónde tirar.

—¿A dónde nos dirigimos señor?—me pregunta el piloto de la aeronave una vez me acomodo en uno de los asientos reclinables de cuero.

—Teherán—contesto y me acomodo en el sillón mientras el avión empieza el despegue con dirección hacia el sitio que ha marcado gran parte de mi vida.

Hermandad De SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora