Ha llegado el gran día y yo sigo sin tener regalo: genial Dulce, esta vez sí que te has lucido.
Paso toda la mañana pensando, dando vueltas al asunto y obsesionada con el tema. ¿Por qué las ideas no fluyen en mi cabeza?
Está bien, de verdad sólo me queda la opción de comprarle un peluche pequeñito. Sé que no son su cosa favorita pero de pequeño le gustaban, quizás el hecho de que el regalo venga de mí hace que se peluche sí le guste. O sólo me estoy dando aires de grandeza innecesarios.
En cualquier caso, cojo mis cosas y me pongo en marcha. En ese mismo momento me llega una llamada de Laura.
-¿Al final has encontrado algo que regalarle a tu galán?
+Laura yo no sé si eres tonta o pellizcas cristales tía. Pero de todas formas: ¡sí, he encontrado el regalo perfecto! Estoy muy ilusionada porque creo que le puede gustar.
-Uy, sí que te has comido la cabeza. Al final no serán sólo bromas mías.
+Y dale con que la abuela fuma... Calla ya, estoy tratando de ser buena persona y no mandarte a la mierda.
-Jajajajaja enfadarte es uno de los placeres de la vida de los que más disfruto. Nos vemos en un rato pequeño saltamontes.
+Ay lo que tengo que aguantar contigo... hasta ahora enana.
Llego a la tienda y encuentro mil peluches distintos, ¿cuál es el adecuado? Quizás ese de león, siempre le he chinchado por llevar el pelo largo y rizado, podría funcionar.
Al final opto por coger el peluche de león y una pequeña piruleta de colores, para hacer algo más llamativo el regalo y que no quede tan cutre y soso.
Al cabo de un rato llego a mi casa: el regalo queda envuelto en un papel precioso negro con estrellas doradas. No es por echarme flores pero para haberlo hecho todo en el último día me ha quedado sumamente bonito.
Ya cuando va siendo hora de salir de casa suena el teléfono: es Santi.
-Dulce, ¿quieres que pase a recogerte?
+¿No te pilla muy mal?
-Hoy estoy en casa de mi padre, me pilla de camino ir a por ti. Así evito que llegues tarde y atrases las cosas, como haces siempre vaya.
Vaya, estoy empezando a arrepentirme de haberme decantado por un regalo tan sentimental. Menudo cretino.
+Muy generoso por tu parte, sí. Está bien, te espero aquí.
-Llego en 15 minutos, estate preparada porque no pienso esperarte más de la cuenta.
Y acto seguido cuelga el teléfono. Pero, ¿se puede ser más imbécil?
¿Por qué es tan borde? Ni siquiera le he pedido que me haga el favor, lo hace porque él quiere.
En cualquier caso si de verdad va a venir en 15 minutos a por mí debería ir preparándome ya.
Me pongo mi vestido negro que hace contraste con mi pelo pelirrojo. Un pintalabios rojo y unas sombras oscuras. Yo al menos me noto encantadora y espero que mis amigos sepan verlo también.
Acaban de llamar a la puerta, debe ser él. Me miro una última vez al espejo, agarro el regalo y mi bolso y salga por la puerta.
Desde aquí se nota la expresión de sorpresa que tiene en su cara, y no me extraña. Hace meses que no me ve y he cambiado mucho físicamente.
Cuanto más me acerco más tensión noto en su rostro.
Se baja del coche y se acerca a mí despacio.
-¿En serio eres tú? Estás muy cambiada.
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¿Y si no eres tú?
RomansDulce es una adolescente a punto de convertirse en adulta. Santi un joven que le complica aún más la vida a Dulce. Todo acaba explotando cuando entre ambos surgen sentimientos (o no) y una serie de catastróficas desdichas les impiden estar juntos.