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Han pasado ya unas semanas desde aquel terrible episodio de nochebuena.

No he vuelto a tener noticias de Santi desde aquel momento: no aparece en comidas familiares, no responde mensajes del grupo de Whatsapp que tenemos entre todos... aunque ha decir verdad yo tampoco lo estoy haciendo.

Después de una escena tan bochornosa no quería mirar a los ojos a una persona que me había humillado de esa manera.

Dejando de lado todo lo hiriente de aquel día disfruté de estar con mi prima y su amigo. Fueron muy buenos conmigo.

Me encuentro con Laura en mi salón, ambas buscando ofertas de trabajo. Estuve trabajando en una librería antes de Navidad para ahorrar algo de dinero, dentro de poco nos vamos de viaje el grupo y necesito volver a ahorrar dinero.

-Siempre te queda echarte a narco o prostituta.

+No sé qué trabajo sería más abusivo; estos sueldos son penosos.

-No seas quejica. Hazme caso y prueba en una cafetería o un bar.

+No sé si estoy hecha para la presión de ser camarera, Lau.

-Eso se aprende. Mira, esta oferta es muy buena.

Y era verdad, se ajustaba a lo que buscaba, así que presento mi candidatura.

-Tengo un buen presentimiento. Ya verás.

Pasamos la tarde charlando y tomando té negro. Aún no he sido capaz de contarle todo lo que pasó con Santi, me resulta demasiado doloroso y ya me desahogué suficiente con mi prima.

La despido a eso de las 9 de la noche y miro mi ordenador: tengo un mensaje de la cafetería, que necesitaban incorporación inmediata.

Tras el intercambio de un par de mensajes me da una dirección y me dice que mañana me pase en la mañana para una entrevista de trabajo oficial y una pequeña prueba remunerada.

Tamaño era mi asombro al ver que la dirección de correspondía con la cafetería de Celia, la madre de Lucas.

••••••••••

Me visto un poco arreglada y salgo dirección para la cafetería.

¿Me encontraré con Lucas? ¿Cómo será su reacción? O, mejor aún, ¿cómo será la mía? Entro un poco en pánico de camino a la cafetería pero está claro que necesito el trabajo y trabajar con Celia debe ser agradable, es una buena mujer.

Llego a mi destino. Miro de arriba a abajo el edificio antes de atravesar sus puertas: ni rastro de Lucas.

-¡Hola! Ay, pero si tú eres la amiga de Lucas, ¿en qué puedo ayudarte querida?

+Hola Celia, resulta que soy la chica que conversó ayer contigo sobre el puesto de camarera aquí.

-Qué casualidad. Pasa, pasa.

Charlamos un rato, me hace un par de preguntas y finalmente me dice que paso a la prueba. Paso la mañana atendiendo a la gente de aquel barrio, la mayoría muy agradables y más al ver una cara nueva en la zona.

De repente mi mayor miedo se hace realidad: Lucas entra por la puerta y queda estupefacto al verme en la barra. Encima no viene solo, trae consigo a un par de amigos.

Nos sonreímos y él se sienta en una de las mesas que me toca atender a mí. Por la forma en la que me mira algo me dice que sabía que me tocaría atenderle.

+¡Buenos días!

-¡Dulce! Déjate de formalismos, ¿cómo es que estás trabajando aquí?

¿Y si no eres tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora