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Era de noche, miraba el cielo, despejado y estrellado, suspire, tome un libro escrito por Toko; recargue mi cabeza en el marco de la ventana para caer dormida.
Desperté, el cielo tenia unos hermosos y llamativos destellos color naranja; me dirigí hacia mi baúl de ropa para sacar mi uniforme, y peinar mi cabello, me mire hacia el espejo, últimamente he subido de peso, a pesar de que siempre intento mantenerme a un margen normal.
Tomé mi mochila junto a Toko y fuimos directo hacía la escuela. Era un año menor que Toko, por lo cual, iba en la clase "76".
Casi nunca supe como socializar con las personas, asi que simplemente me sentaba en la esquina, donde casi nadie me observaba. Tome mi cuaderno y empecé a escribir fanfics, para luego dibujar un cómic sobre eso. Mi talento era Mangaka Definitiva pero por aburrimiento, solo hacía fanfics.
「 . . . . . 」
—¡Yamada-sensei!—grité a los cuatro vientos, buscando a mi maestro, es el único amigo que tengo en la academia—¡Yamada-sensei! ¿Esta por aquí?—grité para luego ir a la cafetería, lo vi sirviéndole té a una chica pelinegra.
—¡______-chan!—exclamó sorprendido y asustado—No es un buen momento—susurró cerca mio, a lo que suspire—Después te ayudare con tu manga, lo siento.
—No te preocupes, te deseo suerte—suspiré y coloque mi mano en su hombro en señal de buena suerte.
Tome mi mochila y salí de la cafetería, iba en dirección al patio trasero, pero alguien tomo de mi mano y sentí como chocaba con un cuerpo, se notaba que era alguien, ese alguien solo tapó mi boca, luego se escucho una voz que reconocía al instante.
—Byakuya-sama, ¿Dónde esta?—dijo Toko de manera pícara, solo suspire, ¿Entonces "Byakuya-sama" esta detrás mio?
Duramos así un rato hasta que sentí como el cuerpo atrás mio se relajaba, quito su mano de mi boca, al fin respiraba, no acostumbró mucho a respirar por mi nariz.
—¿Qué es lo que querías con eso?—pregunté andina, a decir verdad, no tenía humor.
—Cuándo estás cerca, tu hermana no molesta tanto—suspiró el rubio, agobiado—Te lo agradezco.
—Ni siquiera me pediste algo, no es necesario que agradezcas—conteste con una voz arisca— En ocasiones Toko es irritante, solo ten cuidado de Genocider Syo, nos vemos.
Pensaba tomar mi rumbo, pero la mano del rubio tomo mi mano, de nuevo, lade mi cabeza confundida, solo casparreo su garganta.
—Come conmigo—ordenó de manera seria, pero a la vez tranquila.
—¿Cómo por qué lo haría?—pregunté de manera retante.
—Porque yo te lo pido—afirmó de manera demandante.
