Capítulo 6

647 61 25
                                    

—¡Más duro Han!

—Tranquilízate no deberías de entusiasmarte tanto —manifestó la castaña entre risas.

—¿Cómo es que eres tan buena en esto? —hiciste una mueca mientras dejabas a un lado el control de la consola de videojuegos.

Ya habían pasado al menos cuatro semanas desde que ocurrió aquel apresurado plan de Yelena en donde sin pensar y cegada por los celos actuó con imprudencia cometiendo delitos como si fueran para ella un simple pasatiempo.

Durante todo ese tiempo no se acercó a ti o al menos no directamente ya que siempre vigilaba de lejos a la de lentes quien cumplía puntualmente con el pago de aquel dinero.

-Flashback-

—Buenas tardes su majestad... —La rubia burlona hizo una reverencia mientras se levantaba del sofá.

—Aquí tienes Yelena. —Respondió la de anteojos con seriedad mientras arrojaba la bolsa con dinero en la mesa de cristal.

—¡Vamos! No seas así de amargada Hange, sé que algún día nos llevaremos muy bien.

Zoe no respondió palabra alguna, observó la herida en su mano recordando la brutal golpiza que esa mujer le propinó, se dio la vuelta con los dientes apretados mientras giraba la dorada perilla de la puerta de salida.

—Un trato es un trato, supongo. —Expresó la rubia mientras bebía champagne de una copa.

Hange abrió la puerta y salió del domicilio de la alta chica para dirigirse a su motocicleta, mientras se montaba en ella el sonido de una notificación proveniente de su celular la hizo detenerse en seco. Metió la mano en su bolsillo para sacarlo y de inmediato una sonrisa se plasmó en su fino rostro, era un mensaje tuyo.
Con sus ojos cafés y alegres miró hacia el cielo mientras una leve corriente de aire movía sus cabellos de chocolate... ¿Realmente valía la pena hacer eso por ti? Pues tal vez sí.

-Fin del flashback-

No fue hasta el fin de semana pasado cuando Yelena desapareció de la ciudad al recibir el pago completo. Supuestamente para ir a su tierra natal, un pequeño pueblo en Alemania. La razón de su viaje fueron ciertos asuntos familiares pero... conociéndola bien seguro que pintó esa mentira cuando en realidad se encontraba gastando los dólares en fiestas, por otro lado tú te encontrabas en la gran habitación de Hange jugando videojuegos con la inteligente mujer quien te aplastaba horriblemente en aquellos juegos para críos.

—Ya me aburrí, siempre ganas tú —bufaste con descontento.

—No te enojes, de todas formas podemos jugar a otra cosa... —Dijo cambiando a un singular tono mientras tomaba tu mano izquierda.

—Te recuperaste muy rápido —sonreíste mirando la enorme cicatriz en su palma.

—Todavía le faltan algunos días pero no se compara con el buen trabajo que hiciste durante tu estadía en el hospital.

—Ni me lo recuerdes, el jugo sabía horrible. ¿Qué no tenían de otro?

Zoe te miró directamente a los ojos por unos pocos segundos y luego soltó una risa divertida que inmediatamente te contagió.

—Eres muy graciosa, por eso creo que eres una buena amiga —comunicó alegre limpiando una lágrima imaginaria.

—Sí...

Sonreíste falsamente mientras Hange soltaba suavemente tu mano, era increíble compartir el tiempo con ella, no obstante, era inevitable sentirte impotente al ser considerada solo como una amiga.

El simple hecho de verla ahí acostada en la cama sonriendo cada que acumulaba mayor puntaje te llenaba de felicidad, no podías evitar mirarla con otros ojos.

Mon Amour | Hange ZoeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora