Vidas paralelas. | 𝑭𝒂𝒏𝒇𝒊𝒄 𝑺𝑵𝑲 |

Llegada a Marley.

¿Donde estoy?

¿Quienes son estas personas?

¿Acaso morí en un enfrentamiento con los titanes, y si es así porque Rainer me está llevando en sus brazos?

- Así que estás despierta, perfecto.

La voz de Reiner sonaba lejana, como un gran eco en mi cabeza, la cual sentía que estaba a punto de explotar, debía
haberme pegado con algo, no lo sé, tal vez mi puntería había fallado y me había caído utilizando el equipo de maniobras, no podía recordarlo muy bien.

"Mierda, el golpe debió ser muy fuerte" pensó una parte de mi.

Al abrir un poco los ojos noté que estábamos en un corredor, parecía iluminado, había perdido la noción si era de día o acaso ya había anochecido.

Pasos, más pasos, un hombre enfrente de Reiner, alto ya que no alcanzaba a verle la cara.

- Se supone que debías regresar a Marley con el titán fundador, Reiner, no con un intento de cadete de la legión de exploración.

- Lo se, Zeke, pero no podía dejarla ahí, ella significa más para mi de lo que crees, y no es una inutil, pensé que podría sernos de alguna ayuda, a nuestra madre patria Marley.

¿Marley? ¿pero de que demonios estás hablando, Reiner, quien es Zeke, y donde estamos?

- Reiner, ¿donde esta Jean?

El hombre al que Reiner llamó Zeke pareció darse cuenta de que estaba despierta, así que le ordeno que me bajara, para que pudiera verme la cara.

- Reiner, respóndeme. - repetí.

Al bajarme parcialmente de sus brazos pude estar cara a cara con Zeke, quien me miraba inexpresivo, se trataba de un hombre de mediana edad, de cabello y barba rubias, con unos penetrantes ojos azules, que asemejaban al mar antes de una tormenta, y gafas, aunque sabía que jamás lo había visto en mi vida algo en él me parecía vagamente familiar.

No debía sobrepasar los 25 años, debía de llevarnos unos 5 años como máximo.

- Así que tú eres miembro de la legión, ¿o me equivoco?

- Si, soy parte de la legión de exploración, y si no les molesta me gustaría que me explicaran qué hago aquí, donde esta mi escuadrón.

Zeke se enderezó sin contestarme, y después de dudar un momento hablo:

- Con eso deduzco que no tienes ni la menor idea de quién soy, ni de porque estás aquí, Reiner, ¿acaso no trataste de explicarle todo antes de traerla aquí?

- Lo intente Zeke, pero no hizo caso, peleó un bien tiempo, no me quedo más opción que noquearla y traerla a la fuerza, Pieck ayudo a que estuviera cómoda y no despertara en todo el viaje.

¿Pieck? ¿Porque me suena ese nombre?

Zeke pareció entender las palabras de Reiner y prosiguió a seguir caminando.

"Noqueado" con razón mi cabeza duele tanto, tengo que fingir estar calmada para que eso no vuelva a suceder, así cuando piensen que me tranquilice podré escapar y contactar a los otros, por Dios, ruego que todos estén bien  pensé.

Cuando volví a abrir los ojos me encontraba en una cama, parecía de algún sanatorio por la forma del cuarto en el que nos encontrábamos, no veía señales ni de Reiner, ni de ese tal Zeke.

¿Acaso volví a perder la conciencia?

Todo indicaba a que si, quise levantarme para poder despejar un poco mi mente pero algo me retuvo a la cama.

¿Cuerdas?

¡Maldita sea Reiner! ¿Porque estoy sujetada con cuerdas?

Con mi forzejeo atraje a una persona que hasta ese punto no había notado que se encontraba en la habitación.

Dada mi posición sólo pude escuchar sus pasos, eso hasta que estuvo frente a mi cara.

- Pieck - llamo - Avisa a Reiner que su amiga despertó.

- Perfecto, cuídala bien Pocco, no la espantes.

Noté como el hombre se incomodó con ese apodo "pocco" supongo ese debía ser su nombre.

- Vaya, creímos que nunca despertarías, Reiner aseguraba que si, quería ser el primero en verte una vez que volvieras a abrir los ojos.

No lo supe hasta entonces, pero mi fuerza había disminuido de manera
considerable, y aunque no lo había notado me dolía todo el cuerpo, era difícil moverme y no tan solo las cuerdas impedían que lo hiciera.

Trate de mover las piernas y para mi sorpresa un grito de dolor atravesó mi garganta al instante.

- Oye, quieta demonio, no creo que ni un ser como tú pueda caminar o incluso moverse con las piernas rotas, ¿o si?

Pocco sonaba divertido, como si verme en ese estado le causara alguna extraña sensación de diversión.

En ese instante tocaron a la puerta, era Reiner, acompañado de una mujer joven de cabello negro y apariencia de no haber dormido en años.

- Vamos Pocco, dejemos que Reiner hable con ella, supongo que les gustaría algo de espacio, ¿no es así?

- Si Pieck, gracias.

- No agradezcas, esperaremos afuera.

La ira que sentí al ver a Reiner no se comparaba con nada que hubiera sentido antes, quería con cada fibra de mi cuerpo arrancarle la carne de los huesos, hacerlo sufrir, no dudaría en matarlo cuando tuviera la oportunidad.

- Pareces enojada - me dijo.

- Creo que tengo claros motivos para estarlo Reiner, así que ¿porque no empiezas a explicarme lo que está pasando? Antes de que tenga la fuerza suficiente para intentar estrangularte con mis propias manos.

Puedo jurar que alcancé a vislumbrar algo en el rostro de Reiner, ¿tristeza, arrepentimiento?

Sin embargo, continuó hablando:

- Creo que es momento de que descubras la verdad, aquella que Grisha Jeager y el primer Rey les ocultaron a todos.