Dia libre.

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Jean dejo el sótano y se dispuso a ir a lo que yo creía sería el despacho de Arya.

Un nombre extraño, no sabía porque pero mi cerebro me decía que había conocido a alguien con un nombre similar.

Era algo muy poco probable, ya que ese nombre era sucio como los malditos demonios de esa isla, pero aún así, aunque fuera un peso para nosotros los eldianos, no podríamos ocultar el hecho de que ellos y nosotros proveníamos de la primera titán fundadora, Ymir.

Mi cabeza y mis párpados empezaban a pesar, hacía mucho que no me sentía así de cansada, al fin y al cabo, mi rutina no era nada comparada a la que tenía antes, en Marley.

Cielos, cuanto daría por estar en Liberio dando un paseo por sus calles, pense.

Extrañaba mi libertad, pero sabía que esto era necesario, tenia que parecerles inofensiva, apacible, necesitaba tomar la estrategia que habían llevado a cabo Reiner, Berthold y Annie años atrás, seguir siendo violenta y luchar no me serviría de nada, necesitaba salir de esa celda, y mi cuerpo lo pedía a gritos, mis piernas empezaban a resentir el hecho de no moverse más de unos cuantos pasos al día en círculos dentro de esta diminuta celda.

Tenía que suprimir todo deseo de escupirles en la cara y maldecirlos cuando se acercaban a mi.

Mis ganas de vomitar eran inmensas, pero las controlaría.

Sin Jean a la vista decidí revisar mis heridas y mi cuerpo en general frente al espejo.

Mierda, me veía horrorosa, la ropa que me habían proporcionado solo se trataba de una falda larga color grosella y una camisa blanca, no estaba mal, pero no había podido darme una ducha desde hace 4 días, solo se me permitía salir al baño, obviamente acompañada.

Mis ojeras estaban más pronunciadas que antes, pero para mi sorpresa mi complexión física se encontraba bien, la comida parecía ser deliciosa y si quería seguir con mi estrategia necesitaba tener fuerzas.

Escuché pasos en las escaleras, eso indicaba que Jean estaba bajando.

Volví a ponerme la ropa y me preparé para entrar a la cama, ya se había hecho costumbre para mi el sentir que me observaban al dormir.

Jean regresó de nuevo con Arya y los 2 tomaron asiento para hacer la guardia juntos.

Vaya, que afortunada soy, 2 miembros de la legión a mi cuidado, ni Reiner tuvo este gran honor, pensé de manera burlona en mi cabeza.

Decidí ignorarlos y meterme en la cama, el sueño se apoderó de mi de rápidamente, y solo fue cuestión de minutos para que entrara en un sueño profundo.

Era un día soleado y muy tranquilo dentro de las murallas, el capitán Levi nos había dado la mañana libre de entrenamiento para disfrutar el buen clima y recorrer la ciudad.

- Freyaaaaa, ¿cuando planeas decirle? - me preguntó Arya con voz melosa mientras nos encontrábamos acostadas tomando el sol debajo de un árbol.

- Sabes muy bien que no tendría caso, Arya, para Jean solo existe una mujer en el mundo, y esa es Mikasa, aunque parece ignorar que ella no mira a nadie más que a Eren.

- Y parece que son más parecidos de lo que crees, los 2 enamorados de personas que nunca les harán caso.

- Oye - le di un pequeño golpe - eso solo suena bien si yo lo digo, jajaja.

- Te lo dijo Fey, deberías intentarlo, ¿nadie a muerto por intentar, no es así?

- Arya, ¿quien eres y que hiciste con  mi mejor amiga que le tenía miedo a mi hermana? jajaja.

- Creo que mi temor hacia Hitch era infundado, estar en el escuadrón del capitán Levi me ha hecho darme cuenta de que no soy tan torpe cómo creía.

- Tu propuesta suena tentadora, lo pensaré.

En ese momento Sasha y Connie llegaron corriendo desde atrás de nosotros, al parecer el le había robado su ultimo pedazo de pan.

El ruido que produjeron nos hizo ponernos de pie.

- CONNIE VUELVE AQUIIIII - gritaba Sasha corriendo con todas sus fuerzas para atrapar a Connie.

Al pasar a nuestro lado solo sonreímos y decidimos ver en qué terminaría aquella cómica historia, me sentía tan ensimismada en su pelea que me distraje por completo y choqué con alguien.

- Ay, lo lamento bastante - me disculpe sobándome la cabeza.

Demonios, era Jean, debía suponerlo, ninguno de los 3 solía ir solo, venían en paquete.

- Rayos Fey, deberías tener más cuidado, me pisaste el pie - me dijo Jean cuando me aleje de él.

- Tu deberías ver por donde caminas, Kirschtein - le respondí en todo cómico y en otras circunstancias Jean hubiera empezado a discutir sobre mi manera de contestarle, pero ese día era diferente, todos estábamos tranquilos, jugando, no había razón para molestarse, así que solo se limitó a sonreír y sentarse al lado nuestro mientras Sasha regresaba con Connie a cuestas, anunciando así que había resultado victoriosa en la cruzada
por su pan.

No tardaron mucho en unírsenos Historia e Ymir, que regresaban de caminar por la ciudad, ni Armin que había salido de la oficina del comandante Erwin después de una buena charla; Mikasa y Eren llegaron después de Armin y los últimos fueron Reiner Y Bertold que estaban conversando del otro lado del patio.

Comenzamos a platicar sobre nuestros últimos días, y en ese instante pude jurar que no importaba si moria mañana, yo sabía a que me metía cuando me decidí a entrar a la legión, pero justo en ese momento mi corazón se sentía completo, verlos a todos a mi lado, riendo, me demostraba que mi hogar siempre se encontraría donde fuese que ellos estuvieran, y me di cuenta de que jamás en mi vida había sido tan feliz.

Vidas paralelas.  | 𝑭𝒂𝒏𝒇𝒊𝒄 𝑺𝑵𝑲 | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora