Prólogo

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¿Cuándo habrá sido que empezó todo?

¿Podría ser cuando Kacchan obtuvo su quirk a la edad de cinco?

¿Cuándo cayó de aquel puente improvisado que los niños del barrio solían utilizar para cruzar el riachuelo?

¿O quizás... en aquel parque?

Izuku Midoriya es un pobre idiota, al menos eso dicen todos los que le conocen fuera de su familia.

Pero, a diferencia de lo que era en el pasado, las personas no creen eso por el hecho de que pertenezca a la minoría de la población que no tiene un quirk, no. La razón aquí, es por su relación con su "amigo" de la infancia: Bakugo Katsuki.

Es extraño, todos lo piensan. Pues mientras Izuku corre tras Bakugo como si su vida dependiese de eso, Bakugo le trata como la mierda. ¿Cómo es eso posible siquiera?

En un inicio, el sobre nombre de "perro" parecía sentarle de maravilla al de cabellos verdes, sin embargo, mientras más muestras de desprecio mostraba el cenizo hacía el más bajo, el apodo sentaba menos. Ni siquiera un perro sería capaz de quedarse junto a alguien que parece mostrar que le odia y desea su mal en todos los sentidos.

Después de llegar a casa y patear al perro en la entrada cada vez, el perro comienza a temer la patada cada que ingresas a través del pórtico. ¿Por qué el pecoso no adopta tal conducta después de tantas muestras de desprecio?

Es más ¿Qué es lo que a hace a Bakugo especial para el chico?

¿Su Quirk?

¿Su fuerza?

¿Su voluntad?

Esas opciones eran posibles, pero honestamente, todo eso venía siendo pura mierda si tenía que aceptar el paquete completo con la actitud del demonio del orgulloso chico cenizo.

Entonces ¿Cómo es que tal relación es posible?

...

"Te necesito"

Palabras sencillas y muy pronunciadas en la vida cotidiana de cada persona de este mundo.

Pero... esto no es normal para alguien como él. El era un inútil, un pobre diablo sin aspiraciones en la vida más que vivir para otros. Para ayudarlos. Para hacerles sonreír. Pero ¿Cómo podría hacer tan cosa siendo quién era?

— Kacchan... — Menciona el pecoso bajo el mencionado con mirada intensa y casi suplicante — Repítelo... por favor

— No — Sentencia el mayor tomando al chico sin piedad

— ¡Ah! — Grita el pecoso al sentir la fuerte embestida del mayor — Maldita sea Kacchan... no estaba listo

— Ja — Ríe burlón al notar como se forman pequeñas lágrimas en las comisuras de los ojos del de ojos esmeralda — Parece que estar conmigo comienza a afectar tu lenguaje de niño bueno

Izuku abre los ojos con sorpresa al percatarse de la maldición que soltó hace un momento, no puede evitar sonrojarse de la vergüenza. Sería terrible que aquel habito nuevo saliera a relucir con la persona equivocada.

— Pero está bien — Susurra Bakugo acercándose al oído del contrario, lo cual provoca un leve espasmo en el pecoso — Solo porque me parece divertido la forma en que lo pides

Izuku abre sus ojos con impaciencia

Te necesito, Deku — Menciona antes de continuar con las embestidas en el menor

— Esp- — Izuku no tiene oportunidad de decir nada una vez que el contrario estampa sus labios contra los suyos con violencia.

Aquel acto no parece importarle demasiado a Izuku, pues después de unos torpes movimientos por parte de ambos, logra mantener el ritmo de aquellos besos tan bruscos. Sin embargo, que Deku se acostumbre, no es algo que alegre a Bakugo, al contrario, una vez que el molesto chico logra adaptarse a su ritmo y alcanzarle, es cuando llegan las malditas de ganas de detener todo sin importar si el cenizo lo disfrute o no

— ¡Ouch! — Exclama el pecoso al sentir una fuerte mordida en su labio inferior

Bakugo relame la sangre dejada en sus labios y continúa mordiendo la misma zona.

Duele, Izuku lo sabe, pero aun así... no detiene al mayor. Simplemente se limita a apretar sus ojos dejando salir pequeñas lagrimas consecuencia de aquello.

— Deku... — Gruñe en el oído del mencionado

De un momento a otro, el menor siente como las embestidas de transforman en estocadas y no puede seguir ocultando su voz, sabe lo que viene.

Una vez que el mayor se corre dentro del peliverde, deja lugar a los espasmos del menor sin sacar su miembro, honestamente, le ha tomado gusto a aquella reacción del menor.

— Salió un montón Kacchan — Se queja el menor cubriendo su rostro con el antebrazo

— Cállate — Una vez que los espasmos del menor terminan, retira su pene de la entrada del pecoso

Izuku continúa recostado en aquella colchoneta del almacén de gimnasia mientras que Bakugo toma su ropa para comenzar a vestirse.

— ¿Esta mejor? — Pregunta Izuku sin cambiar de posición

Bakugo retira los vendajes de sus brazos y torso, y sonríe.

— Esta excelente — Izuku no puede evitar sonreír al escuchar aquello

— Que bueno — Menciona haciendo su sonrisa más evidente

— No sonrías, basura — Grita Bakugo lanzándole un balón de Voleibol a la cara

— ¡Ouch! — Se queja el menor al sentir el impacto. Por reflejo, lleva sus manos a la cara a pesar de que el golpe ya no puede ser evitado — ¡Kacchan!

— Es tu culpa — Menciona colocándose los pantalones.

El mayor no lo menciona, pero detesta que Deku se sienta así. Que sienta que lo ayudo cuando para el

Izuku sonríe, Kacchan está bien y quizás es lo único que importa.

No hasta que el cenizo se ha retirado que Izuku se tira sobre la colchoneta, sabe que debe vestirse, y salir antes de la hora de cierre de la escuela, pero esta bien, el tiene la llave de aquel almacén, así que no es problema si alguien lo encierra de nuevo por error.

Cansado toma la camisa blanca del uniforme, la examina y encuentra lo que busca, esta agujerada debido a las uñas y jalones bruscos de Bakugo por retirarle aquella prenda.

— ¿Otra vez? — Pregunta molesto con Bakugo en su mente.

Se desliza fuera de la colchoneta y camina hasta su mochila, donde aprendió a siempre cargar aguja e hilo para esa clase de cosas. Sin más, se pone a coser la camisa, el saco, y el pantalón. Algunas son costuras sobre costuras, pero mientras su madre no se percate de aquello, no habrá problema. 


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