Capítulo 5

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LA MELODÍA DE UN ADIÓS

Estaba frustrado. Después de salir de aquella junta ¿Cómo no estarlo?

Ni siquiera en sus juntas de trabajo en la agencia, se había sentido tan inútil como en esta.

¿Cómo era posible que él, un héroe que había permanecido en el Top 10 durante 7 años seguidos, se haya quedado en blanco cuando el director y psicóloga de la escuela le preguntaron sobre los avances con el peliverde?

¡Era inaudito!

¿Cuándo se había convertido en alguien incapaz de realizar un maldito trabajo?

Entre aquellos sentimientos, la alarma de su reloj sonó indicando que era tiempo de que se aplicara las gotas de ojos que guardaba junto a él. Normalmente lo hacía llegando a casa, pero en esta ocasión, a causa de la junta escolar, había tenido que recurrir a programar una alarma para no volver a saltarse su dosis.

— Maldita sea — susurró a la vez que desactivaba su alarma

Sin irse a ningún lado y permaneciendo en medio del pasillo, sacó aquella pequeña botella y se aplicó las gotas correspondientes en cada ojo, normalmente odiaba ser visto por alguien, pues sería recordar a otros lo que pasaba con él, pero siendo ya las 18:30 de la tarde, no parecía importar, pues la mayoría ya se habría retirado a casa.

Una vez realizada su tarea, caminó en busca del pecoso. En la mañana le había comentado que tendría una junta, por lo que saldría tarde, pero en realidad no acordó verlo en ningún sitio y ahora que lo pensaba bien, no tenía una forma de contactar al chico. Quizás sería bueno solicitarle su número de celular, para que algo como eso no volviera a repetirse.

Inconscientemente caminó hasta donde lo había visto la última vez, fuera del gimnasio. Sin embargo, el pecoso no estaba ahí, había bastado un vistazo al interior para encontrar a algunos estudiantes del curso de héroes entrenando, pero nada sobre Midoriya.

Siendo consciente de que Midoriya no estaba ahí, salió por la puerta del edificio, siendo seguido por un estudiante que le había visto de reojo en cuanto el mayor asomó su rostro ahí.

Todoroki comenzó a caminar en dirección al estacionamiento, era probable que Midoriya se hubiera dirigido ahí, aunque ¿Realmente esperaría en un sitio como ese?

— Oye — Escuchó la grave voz del estudiante que ya conocía

Todoroki giró el rostro encontrándose con Bakugo. El chico vestía su uniforme de entrenamiento y sudaba en cantidad, ¿Era él uno de los estudiantes que estaba entrenando en el gimnasio?

— ¿Dónde está Deku? — Preguntó viéndolo con el ceño fruncido.

— Lo estoy buscando — Contestó regresando su vista al frente a fin de dejar ahí aquella conversación. En realidad, no le debía respuestas al cenizo tras él.

— ¿Por qué lo buscaste aquí? — Le observó con desconfianza

Todoroki se tensó. Sabía que Bakugo había sentido su presencia la última vez ahí, pero ¿de eso a que esperara que él lo admitiera?

— Sabes por qué — Contestó sin volver a girar el rostro

— Entonces si eras tú. Maldito acosador — Respondió Bakugo inyectando veneno en aquella última palabra.

Shoto volteó a verlo en ese momento, Bakugo no sabía bien lo que realmente sentía su profesor. El semblante serio del mayor no daba pautas para que una persona pudiera descifrarlo.

— Solo estoy haciendo mi trabajo — Contestó con voz inexpresiva.

— Entonces debe ser realmente estúpido, sensei — Contestó con burla — Deku es la persona más torpe e idiota que puede existir, me sorprende como es que usted, "héroe", — Movió los dedos índice y medio de ambas manos recreando las comillas — No pueda ni siquiera saber dónde está.

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