Inmoral

Capítulo 9

CARGAS

Las cosas eran normales, lo eran, pero al mismo tiempo no...

Izuku tocaba el piano sin apartar la vista de su maestro, quien con desinterés observaba la ventana de aula de música mientras el suave viento, agitaba algunos de sus cabellos.

¿Qué estaría pensando?

Se preguntaba Izuku con gesto triste.

¿Aun estaría molesto?

¿Estaría decepcionado de él?

— ¡Midoriya! — La voz de Hado lo sorprendió provocando que golpeara algunas teclas por el susto

— Ha-Hado senpai... ¿Su-sucede algo?

— Tu música — Contestó señalando sus manos con enojo — Suena toda triste y Eri parece desanimada

Izuku observó a la niña, quien, aunque tratara de sonreír, parecía estar realmente triste.

— Eri chan... ¿Mi piano te ha puesto triste?

No contestó, en cambio se abrazó del regazo del pecoso, quien sorprendido la recibió con gusto

— No me gusta que onii chan este triste — Dijo ocultando el rostro en las piernas del pecoso

— No estoy triste Eri — Izuku sonrió al ver que la preocupación de la niña frente a él, era sincera — Es solo que... — Observó nuevamente al mayor, quien seguía observando la ventana ajeno a lo que pasaba — Estoy preocupado por algo...

— ¿Puedo hacer algo que te ayude onii chan? — Preguntó Eri queriendo animarle

— ¿Sabes que me animaría? — Izuku sonrió ampliamente sentando a la niña en su regazo — Que bailaras para mí

Eri asintió con una sonrisa y bajo dispuesta a hacerlo correctamente. Lo suficiente para animar a Izuku

— Esta vez tocaré mejor el piano — Comentó iniciando de nuevo con una sonrisa.

Sí, era bueno fingiendo que todo estaba bien.

Una vez que la improvisada clase concluyó, Izuku se despidió de los chicos de tercero y Eri antes de acercarse a su profesor, quien, observándolo con mayor detenimiento y cercanía, había quedado dormido en aquella extraña posición que a lo lejos parecía que observara el paisaje recargado en el pequeño alfeizar de la ventana.

Izuku sonrió aliviado de que Todoroki sensei no estuviera ignorándole adrede, pero aun así debía despertarlo, pues el bicolor tenía un examen de sangre pendiente esa tarde.

— Todoroki sensei — Llamó tratando de moverlo un poco por el hombro, lo cual no funcionó

Izuku colocó una de sus manos sobre los cabellos del bicolor en busca de un contacto diferente al realizado anteriormente.

— Todoroki sensei — Volvió a llamar agitando sus cabellos bajo su mano

El mayor no reaccionó, pero Izuku quedó hipnotizado notando la cicatriz que cubría el ojo izquierdo del profesor, pues si levantaba los cabellos del mayor, podía notar que esta llegaba incluso a su frente, pero... aun así seguía viéndose demasiado atractivo.

Atraído por aquella característica del profesor, dirigió su mano a la cicatriz del mayor, quien parecía que no apreciaba el tacto al sentir que alguien tocaba la cicatriz, pero Izuku no se detuvo a pesar de las reacciones, no podía. No dejaba de preguntarse si su poder podría ser útil para borrar aquella marca.

— ¿Qué haces? — La mano del profesor tomó la muñeca de Izuku que acariciaba la cicatriz.

— Yo... — Izuku se coloreó de rojo en ese instante, ¿Qué estaba haciendo? Solo debía despertarlo, no tocarlo. — Trataba de despertarlo para su examen de sangre