UN NUEVO INICIO
Inko estacionó su auto fuera de las unidades departamentales y suspiró con pesadez mirando el reloj, eran apenas las 9:35 de la mañana y estaba completamente agotada. Aun así, su día no podía terminar ahí, si ella había estado tomando todos los turnos nocturnos de esa semana, era precisamente porque eran esos turnos donde solían aumentar la paga, algo que necesitaba cuando ella planeaba juntar un poco de dinero para llevar a Izuku a aquella exposición de héroes que había visto anunciada en una de las revistas que Izuku había botado.
Era el plan perfecto para poder sacar al desanimado niño de casa, pues verlo tan sumido en una depresión a la que Izuku se negaba a dar explicación, era sumamente doloroso.
Realmente esperaba que este plan funcionara antes de que Izuku pudiera perder el año al no presentar aquellos últimos exámenes que ya estaban reprobados.
— ¡Bien! — Se animó la mujer antes de salir del auto.
Debía parecer natural, debía parecer abierta al diálogo y debía transmitir todo eso a Izuku si esperaba animarle.
Todo iría bien.
Subió las escaleras pensando en cómo sacar el tema con su hijo. Ella podía mencionarlo al llevarle la comida a su habitación, o podía comprar las entradas y sacarlas a la hora de comer. Se detuvo al considerar la segunda opción.
¿Debió de comprarlas antes?
Quizás eso sería lo mejor, pues si mostraba aquello en mano, sería menos probable que Izuku se negara ¿cierto?
Cerró los ojos para meditarlo.
No. No podía obligar a Izuku a ir si no quería.
Continúo subiendo con desanimo. De verdad esperaba que Izuku pudiera sonreír como solía hacer.
Suspiró con nostalgia girando la llave, sin embargo, apenas abrió la puerta, un acogedor aroma a comida, llegó a su nariz.
— Bienvenida, mamá — Saludó el peliverde desde la cocina, donde parecía remover un par de huevos fritos
Inko lo miró anonadada, casi como si no pudiera reconocer al joven frente a ella.
— Uh... ¿Qué tal todo? — Preguntó con una sonrisa apenada
La peliverde tomó una bocanada de aire que se transformó en un sollozo.
¡Izuku estaba ahí! ¡Había salido de la habitación y estaba ahí sonriendo como no veía en años!
— ¡¿Mamá?! — el pecoso apagó las parrillas y corrió hasta la entrada, donde su madre sollozaba con fuerza — ¿Qué pasó? ¿Está todo bien?
Inko se abrazó a su hijo.
¡Era él! ¡Había vuelto a ser él!
— Bienvenido, Izuku — Dijo entre lágrimas
Los ojos esmeraldas del menor, se abrieron con sorpresa correspondiendo al abrazo.
— Estoy de vuelta — Mencionó apenado de haber preocupado a la mujer.
Inko continuó llorando unos minutos más antes de entrar, pero ¿Podía culpársele? Ella había notado como desde hacía tiempo, Izuku fingía que todo estaba bien cuando claramente no era así.
Lo confirmó con aquel sonoro llanto que escuchó en esa semana, y lo volvió a confirmar cuando de un momento a otro, todos los espejos del lugar, estaban cubiertos.
Algo pasaba con su hijo y, aunque no sabía que había sido, ese algo también había desaparecido llevándose así, todos sus males.
— Hice el desayuno — Dice dirigiendo a su madre al comedor — Siento no haberlo podido hacer antes, pero es que yo... yo...
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Inmoral
FanfictionShoto es un pro hero en la mejor etapa de su vida, casado con la también pro hero, Creati, y en el segundo puesto dentro del ranking de héroes, podría decirse que nada le falta. Sin embargo, aquello no dura, pues tras un accidente después de su ulti...